Foto: José A Secas |
Tablate fue un pueblo en la ladera, Entre montañas verdes y un río a sus pies. Sus casas blancas brillaban al sol, Su gente vivía con un corazón fiel. (Estribillo) Tablate, pueblo que el viento se llevó, Con su iglesia en ruinas y su puente de dolor. Tus ecos perduran en cada rincón, Como un susurro en el aire, una antigua canción. Cada verano, en fiestas de Santiago, Las campanas sonaban llamando a la fe. Procesiones antiguas por la empedrada senda, El eco de cánticos llenaba el ayer. (Estribillo) Tablate, pueblo que el viento se llevó, Con su iglesia en ruinas y su puente de dolor. Tus ecos perduran en cada rincón, Como un susurro en el aire, una antigua canción. La Virgen de las Angustias, patrona querida, Era luz en la noche, esperanza encendida. Las manos callosas de los labradores, Sembraban la tierra con sueños y flores. El molino giraba con el viento suave, El río susurraba historias de paz. Y en cada rincón había un alma viva, Que hoy solo vive en la memoria fugaz. (Estribillo) Tablate, pueblo que el viento se llevó, Con su iglesia en ruinas y su puente de dolor. Tus ecos perduran en cada rincón, Como un susurro en el aire, una antigua canción. (Final) Aunque ya no haya voces en tus calles de piedra, Aunque el musgo cubra las puertas sin dueño, Tablate, serás en el Valle de Lecrín Un suspiro del pasado, un pueblo sin fin. |