02 julio 2025

Tejeros


 🌞🏺 TEJEROS: OFICIO DE ANTAÑO EN EL VALLE DE LECRÍN 🏺🌞


En el corazón del Valle de Lecrín, un oficio ancestral dio forma a los hogares de generaciones: los tejeros. Estos artesanos, con sus manos expertas y su conexión con la tierra, fabricaban tejas y ladrillos de barro cocido, elementos esenciales para las construcciones de antaño. 🏠💪 


¿Quieres saber cómo lo hacían y qué materiales usaban?

 ¡Sigue leyendo! 👇


Un proceso artesanal lleno de tradición


El trabajo de los tejeros era una danza entre la naturaleza y la habilidad humana, realizada al aire libre desde primavera hasta finales de verano. 🌿☀️ Cada paso requería paciencia, esfuerzo y un profundo conocimiento del material. Aquí te contamos cómo era el proceso:


1️⃣ Extracción de la arcilla: Todo comenzaba en las canteras locales, donde se extraía la arcilla, la materia prima estrella.


 Este material, compuesto principalmente de sílice, alúmina, agua y óxidos de hierro, se tamizaba para eliminar piedras e impurezas, asegurando una textura uniforme. 🪨⛏️


2️⃣ Preparación del barro: 

La arcilla se mezclaba con agua en grandes depósitos, a veces con la ayuda de los pies de los artesanos, que amasaban la mezcla hasta lograr una masa plástica y moldeable. En algunos casos, se añadía arena para mejorar la consistencia o aserrín para aligerar el material, especialmente en la elaboración de tejas. 🪣💦


3️⃣ Moldeado: 

Para los ladrillos, la masa se colocaba en moldes de madera sin fondo, que daban la forma rectangular característica.

 

Las tejas, por su parte, se moldeaban en marcos con fondo curvo, espolvoreados con ceniza para facilitar el desmolde. Con un listón o los dedos, se alisaba la superficie, dejando marcas únicas que eran la firma del tejero. 🖐️🪵


4️⃣ Secado al sol:

 Una vez moldeadas, las piezas se dejaban secar al aire libre durante unos 8 días en filas cuidadosamente dispuestas, protegidas de la lluvia para evitar daños. Este paso era crucial para eliminar la humedad antes de la cocción. 🌞🕰️


5️⃣ Cocción en el horno:

 Las tejas y ladrillos se apilaban en hornos de tipo árabe, construidos con piedra y ladrillo. Alimentados con leña o ramas de eucalipto, alcanzaban temperaturas de hasta 950°C. 

El proceso duraba unos 6 días: un calentamiento lento inicial, una cocción intensa y un enfriamiento gradual para garantizar resistencia. 🔥🏭


6️⃣ Toque final:

 Una vez cocidas, las piezas se revisaban, apilaban y almacenaban, listas para construir los tejados y muros que aún hoy vemos en el Valle de Lecrín. 🏛️📦


Un legado que perdura


El oficio de tejero no solo era trabajo, sino una forma de vida que unía a las familias del Valle de Lecrín. Cada teja y ladrillo llevaba consigo el esfuerzo de una comunidad que transformaba la tierra en hogares. Aunque hoy la fabricación es más industrial, el legado de estos artesanos sigue vivo en las construcciones tradicionales y en la memoria de la región. 🥰🌄


🌟 ¿Sabías que las tejas del Valle de Lecrín eran tan valoradas que se entregaban tradicionalmente para el día de San Miguel (29 de septiembre)? 🗓️


Comparte esta historia y ayudemos a mantener viva la memoria de los tejeros del Valle de Lecrín. 🙌


 ¡Etiqueta a quien le encante conocer las tradiciones de nuestra tierra! 🏞️


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