Este año 2010 por primera vez en Melegís, en sus fiestas mayores de San Antonio de Padua, dio el Pregón una mujer. Virtudes Molina Palma, con gran amor a su tierra y a su gente. Mujer inteligente pero sencilla y agradable, cariñosa con sus vecinos, conecta sentimentalmente con su querido pueblo, al que lleva en su corazón.
Pregón de Fiestas
Queridos paisanos: Que alegría levantarse y sentir la presencia quieta y viva de nuestra madre tierra, ver el verde redondeado de las copas de los árboles mecerse al ritmo tranquilo de esta brisa sana, susurrando secretos milenarios; Oler el perfume embriagador que emanan hierbas y flores, llenar de oxigeno cada cédula de mi cuerpo, escuchar cómo los pájaros cantan recibiendo al nuevo día.
Respirar con el pulso lento del campo que me envuelve y alimenta cual vientre materno.
Me regocijo un día más al contemplar la belleza de la vida más allá de los ruidos de la ciudad, de los humos de los coches, del recelo en las miradas, de las prisas del reloj, del enfado en las caras.
Esta tierra me inspira deseos de hablar con la sabiduría de un gran árbol que se esfuerza calladamente por crecer, de sonreír al sol cual humilde fruto y entregarme con generosidad a la vida. Me dejo llevar por el transcurrir de las tareas entre el pitido de los panaderos y vendedores ambulantes, zambulléndome en la cadencia meditativa de los trabajos que el día me depara.
Más tarde mis afanados pasos me llevan, bajo una luz dorada, entre la sombra fresca de las calles que exhalan olor a brasero. El reclamo de las madres a sus hijos que juegan en la calle me transporta a otra época de mayor inocencia.
Va cayendo el sol.
Los hombres vuelven del campo con caminar pausado. Paseando, a solas, en un hueco de silencio, el viento me cuenta todo lo importante y comprendo que la vida es un flujo constante, que saber disfrutar no se enseña en las escuelas, que los muertos de ayer son el abono de la vida de hoy, que la sociedad del bienestar es una ilusión, que para volar hay que aligerar la carga.
A la noche, cansada y satisfecha, me rindo al sueño reparador con la serenidad de quien se desprende de lo que no sirve para vivir.
Por todo eso vuelvo, siempre que puedo, al encuentro mágico con mis raíces, a zanjar mi deuda con el pasado, a aprender, de quienes aún me pueden enseñar, a amar mejor y vivir más plenamente.
Como todas las células forman un cuerpo así las personas forman un pueblo. Asumo mi responsabilidad.
Quisiera no tener que irme, poder conjugar mis propias contradicciones: Añoro esta tierra que continuamente abandono. Pero siempre vuelvo para curarme del orgullo y retomar la verdadera dimensión de mi persona. Siempre volveré al reencuentro con éste manantial de vida.
Queridos paisanos con quienes he compartido mi infancia, amigos, padres, vecinos que me habéis visto crecer: gracias por enseñarme a reciclar cuando aún no se usaba la palabra ecología; gracias por haberme mostrado el valor del trabajo y la cooperación; gracias por todo lo bueno que me habéis aportado al compartir nuestras vidas, gracias por el honor que me hacéis al querer compartir conmigo éste día de fiesta.
¡Estamos de Fiesta!
Y como pregonera de las fiestas que soy os debo un pregón y os lo voy a dar, como pregonera vuestra que soy, aquí, en Melegís, a once de junio de dos mil diez, a las doce treinta horas.
¡Atención, atención! Que os voy a dar el pregón: Por orden de los señores mayordomos, se hace saber a todos, lo que es público y notorio: Que van da dar comienzo las fiestas de San Antonio.
Se anuncia al querido público que habrá misas, procesiones, bandas de música, cucañas, chucherías, fiesta de la espuma, proyecciones, lectura de poemas, troveros, flamenco, jazz, rock and roll, verbena, baile y barra. (Niño, presta atención que lo que dice el pregonero es de interés general.), y con esto proclamao el pregón se ha acabao.
Y ahora, según dice el refranero, “Dale tres cuartos al pregonero”.
¡¡¡ Que comiencen las Fiestas!!!
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