08 diciembre 2025

Las Cruces de Padul

La Cruz de Las Molinas 

 

🌄 Cruz, piedra, memoria — Las Cruces de Padul


Entre valles de tierra y humedales,

Padul guarda silencios de piedra.

Allí donde antaño viajeros se santiguaban,

se alzan las Tres Cruces (Calvario), testigos del paso,

con su cruz central grabada en 1700 —

memoria de antiguos caminos, plegarias de quien entra o parte. 


En la vieja iglesia, bajo el campanario ya mudéjar,

se yergue la Cruz de la Iglesia — o Cruz de la Plaza de la Iglesia —,

remontando al 1676 su devoción, su fe sellada en piedra. 

Y junto a ella, como hermana de sufrimiento o penitencia,

la Cruz de los Burbujones con sus abultamientos —

leyenda dura, marcada en fuste: la cruz que dolió, la cruz que recuerda. 


Callejas, estrechos rincones, encrucijadas de antaño,

conservan la Cruz de la Calle Encrucijada, estación de vía crucis,

cruz de paso, cruz de noche, cruz de procesiones calladas. 

Y no lejos, en una fachada humilde,

sobrevive la Cruz de la Calle del Cura, piedra encastrada, devoción popular y discreta. 


En lo alto — donde la sierra besa al cielo —

se alza la Cruz de la Atalaya, dominante sobre el valle,

vigilante ancestral, guardiana del Padul y sus contornos. 


Y mirando al horizonte, en promontorios de oración,

resiste la Cruz de la Misión, restaurada tras su caída,

cruz nacida de una misión religiosa de siglos pasados,

cruz que vuelve a enfrentar cielo y tierra, pueblo y fe. 


Más allá, en antiguos caminos, en parajes de huertas y molinos,

la Cruz de las Molinas — recuerdo humilde de fincas, de pasos, de manos labriegas —

mezcla de fe y labor, de tierra y credo. 


Y quizá muchas más cruces, nombres que se han borrado con el tiempo,

cruces pequeñas, errantes — mojones de término, piedras de límites,

o huellas discretas de devoción antigua —

esperan ser redescubiertas, escuchadas, respetadas.


🕯️ Aliento de piedra y pueblo


Estas cruces son como latidos detenidos de un pueblo que, durante siglos, levantó su fe no en catedrales — sino en cruces humildes, en calzadas, en callejas, en cerros, en huertas.


Cada una porta una historia: paso de viajeros; confesión de pueblos; límite de tierras; vigilia en la noche; devoción compartida; memoria colectiva.


Y cuando el viento corre por el valle,

cuando la luna filtra su plata por las losas,

esas cruces aún susurran:

Recuerda — que fuimos barro, fe y camino.


#crucespadul 

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