PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN ANTONIO DE PADUA, 2003
Pronunciado por MIGUEL ÁNGEL MOLINA PALMA
El Viernes 13 de junio de 2003 en Melegís (Granada)
Vecinos y vecinas de Melegís, moradores y visitantes en su conjunto, amigos y amigas, a todos muy buenas noches.
Querido pueblo de Melegís, paisanos, amigos. Quiero en primer lugar agradecer a los Mayordomos y a la Comisión de Fiestas de San Antonio de Padua, el inmerecido honor que ha supuesto para mí compartir con vosotros un momento tan señalado: el de pregonar las fiestas de Melegís. Las fiestas de mi pueblo.
Y que me da la hermosa posibilidad de ser el primero en desearos que la alegría y la amistad nos envuelva a todos, nos aúne y nos acompañe en este día. Estamos en fiestas y todas las espinas del camino deben quedarse a un lado.
Mi Infancia
Dicen que la infancia es la época de la vida en la que se aprende lo que son los sentimientos y se adquiere la seguridad personal que da el sentirse querido. Pues bien, todo eso es lo que yo viví en Melegís, mucho antes de aprender su significado en los libros. También comprendí a quiénes se lo debía y a costa de qué sacrificios y esfuerzos cotidianos se había podido fabricar toda esa vida de comodidades, despreocupación y felicidad infantil: Principalmente a las mujeres de Melegís, que como las que vivieron cerca de mí dedicaron sus esfuerzos abnegadamente a la crianza de los niños. Y a todas ellas quiero rendir hoy aquí un homenaje y un reconocimiento de gratitud y admiración por su trabajo y dedicación a nosotros. Especialmente a mi madre, a mi tía Carmencita, a mi abuela Otilia y a mis vecinas “Carmencilla” y Leonor (y a su hija María), estas últimas de las que guardo un grato recuerdo por el cariño que me profesaron en los primeros años de mi vida.
La juventud
Pueblo mío, que no te equivoques ni hagas caso de todo lo que se dice de esta juventud, riente y bulliciosa cuando se divierte, pero seria y responsable cuando tienen que serlo; que la conozco bien, porque me trato con ella y sé que son gente noble y maravillosa. En esa juventud está nuestra esperanza, pueblo mío, no la critiquemos sin juzgarlas.
Sus miradas limpias nos animan a todos a confiar en ellos. Saben que estamos en una sociedad difícil. El trabajo no es fácil para ellos, pero sus jóvenes corazones saben latir con serenidad, ante las adversidades, para poder superarlas con dignidad.
Con el mejor saludo a tanta belleza, tantas mujeres hermosas y a tanta juventud ilusionada y respeto a los que estáis en el otoño de la vida,... que ha hecho posible que todos nosotros naciéramos, creciéramos y viviéramos en esta tierra tan fértil en amores, en ilusiones y en entrega al servicio al prójimo.
Raíces y Alas
De Melegís como pueblo, de su excelente microclima, de sus cristalinas aguas, de sus hermosos paisajes..., no voy a descubrir nada que vosotros no sepáis y que no se haya dicho en pregones de otros años. Pero si quisiera decir que sólo existen dos legados duraderos que podamos dejar en herencia a las generaciones venideras. El uno, ¡raíces! ; el otro, ¡alas!.
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Vuestras raíces se hunden en el barro de los campos |
¡ Vuestras raíces! Esas raíces que se hunden en el barro de los campos, en los empedrados de las calles, en el fondo de vuestras almas, y que han formado, al cabo, vuestra manera de ser y de estar en el mundo. No olvidéis contar a vuestros hijos las costumbres y tradiciones de nuestros mayores. La gente de bien, los bien nacidos, no olvidan sus ancestros y saben conmemorar, desprovistos de odios y antagonismos, sus comunes orígenes.
¡Y alas¡ ¡Alas para volar! Para llegar cada vez más allá de nuestras propias limitaciones, para conocer, comprender y respetar las costumbres y tradiciones de otros pueblos y otras gentes.
Costumbres y tradiciones de nuestros mayores
Entre las mejores costumbres y tradiciones de nuestros mayores recordemos las siguientes:
Existió la tradición de la Guindalla en Carnaval, las comparsas pedían morcilla, chorizo, tocino...
El cerdo de San Antón: Actualmente es una tradición desaparecida. Cada semana una familia distinta alimentaba un cerdo que luego se vendía para financiar gastos de la Iglesia.
Y en la noche de Pascua de Resurrección había una procesión que se celebraba en Melegís hasta mediados del siglo pasado, en la que el niño Jesús, se tiraba toda la noche de juerga con los quintos en la calle, hasta que al amanecer su madre, La Virgen, sale a buscarlo, era el encuentro familiar, una explosión de alegría entre aplausos y vítores de los acompañantes de la Virgen. Tras la lumbre que se encendía en la puerta de la iglesia, los mozuelos se llevaban al niño Jesús a un habal a coger habas, al amanecer salía San Juan con los hombres, y la Virgen de los Dolores con las mujeres. San Juan buscaba al niño por el campo, mientras la Virgen lo hacía en el pueblo. Cuando San Juan lo encontraba volvía a avisar a su madre siendo en el Revellín, donde la emoción llegaba a lo más alto, cuando la Virgen y e Niño se abrazaban. Seguidamente, las habas que portaba el niño eran comidas en la puerta de la iglesia.
También en esta noche los Judas que se colgaron durante algunos años fueron dejando atrás su alma de paja quedándose vacíos y cobrando su consistencia con cartones y tablas, y lo que era un simple muñeco se fue convirtiendo en una auténtica falla, donde no sólo se quemaba al ahorcado, sino que se criticaba uno o varios aspectos negativos de la vida local, nacional e internacional.
Tras la misa rondando las dos de la mañana se le metía fuego. Después en el rescoldo que quedaba venía siendo costumbre hacer habas con espaldilla, que se solían comer hasta altas horas de la noche.
Tuvimos varios años de Falla en esta noche tan gloriosa, gracias sobre todo a uno de sus principales artífices Benjamín Freire.
Fiestas Mayores de San Antonio de Padua
Y que deciros de estas nuestras Fiestas Mayores de San Antonio de Padua, en estos grandes días de fiesta, nuestro patrón sale a nuestro encuentro y se pasea por las calles, llevando en sus brazos al niño Dios. Hace unos años las celebrábamos al amparo de la Iglesia, en su puerta, bajo el ala del centenario olmo que tan frondosamente da sombra. Allí se ponían los puestos de dulce y se bailaba. La puerta de la Iglesia era lugar de encuentro de muchos eventos religiosos y profanos, a ella acudían gente de todos los pueblos y todos la llenaban, como no se llenaba en ningún otro pueblo cercano.
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Pasodoble te quiero |
San Antonio de Padua fue un santo nacido para la renuncia y para la entrega. Muy querido en todo el mundo, por su bondad, por los muchos milagros que hizo y por su forma tan bella de hablar que llegaba al corazón de la gente sencilla.
La escultura de San Antonio de Padua es de madera tallada y policromada del siglo XVII de estilo Barroco. Nuestro santo patrón este año ha sido declarado Bien mueble de Interés cultural junto con los más importantes retablos, esculturas y lienzos de nuestra Iglesia. Declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento.
El día del Corpus
El próximo sábado es el día del Corpus, que otros años hemos celebrado en una procesión, con el Santísimo Sacramento bajo palio recorriendo todas las calles más importantes, todas ellas engalanadas con el oro viejo de las gayombas colocadas verticalmente sobre las paredes. De los balcones penden lustrosas colchas y de trecho en trecho, se ponen lujosos altares, dispuestos por los vecinos para estaciones de la procesión.
El himno eucarístico, acompasado cantar de este himno de gloria, en las calles y en las plazas, en el pueblo y en los trabajos, se oye sin cesar: “¡Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor... !”
¿Qué se puede sentir, cuando se contempla en este día el lavadero de la Calle de la Fuente? Hecho altar entre aguas diáfanas y patio de la mejor Andalucía para orgullo de los geranios.
Fiesta de la Virgen del Rosario
Hablando de otras tradiciones y fiestas afortunadamente las de la Virgen del Rosario se lograron recuperar hace unos años que junto con la Fiesta de la Candelaria, tienen en común que en ambas se realiza el canto de nuestra salve.
Por la tarde, la procesión llega hasta la Plaza del antiguo Ayuntamiento, en donde se canta la Salve a la Virgen, primero cantan las mujeres una estrofa y después la repiten los hombres, lo que produce un añejo sabor tradicional.
Dios te salve Virgen Bella,
Dios te salve Blanca Paloma,
Oliva Verde, Virgen Pura,
Líbranos de nuestras cadenas
En este Valle de hermosura extrema.
La Navidad
Llega diciembre, la Navidad, Nochebuena... palabras que ellas sólo, me hablan ahora de las comparsas que van pidiendo el aguinaldo (Lo que se llamo la Gandalla): de dulces caseros, hechos entre todos, alrededor de la candela. Me hablan también de vacaciones, de trajes nuevos... De cómo los mozos formábamos cerca de la Alcuilla y en la cochera del Luis, ranchos y corros donde jugábamos a las charpas.
Tal vez os recuerden vuestra pasada infancia; otras Navidades y Nochebuenas pasadas al calor de un hogar.
Fin de año
Y como no recordar aquél apagón de luz de fin del año 1994, en el que nos tomamos un grupo de gente las uvas en la puerta de la Iglesia y en la puerta del Pub Pinnic, al son de las campanas de nuestra torre.
Con las doce campanadas cada año termina la vieja vida y se cruzan miles de lazos de nuevas esperanzas.
En estos señalados días del año, en que las familias cristianas aprietan el cerco alrededor del fuego navideño, mi pobre ser se estremece y piensa en vosotros. En los que sois y en los que fueron.
Los que nos dejaron
Quiero rendir un emocionado recuerdo a todos los melegireños y melegireñas, que nos faltan en estas Fiestas por primera vez; aquellos queridos amigos que nunca más podremos contar con su añorada presencia, porque se fueron para siempre. Si bien nos faltan, su recuerdo se mantiene vivo y se hace más presente que nunca, precisamente en estas fechas en las que tanto participaron y colaboraron. Sintiendo la triste ausencia de todos ellos.
Con simplicidad
Tenemos y disfrutamos de cosas sencillas, pero acaso no es en esta desdobles y en esta simplicidad donde más se recrea nuestra alma, donde más gozamos con nuestros semejantes.
Tenemos nuestras retinas acostumbradas a la belleza de un almendro en flor, nuestro olfato al perfume del azahar, el oído al canto de los pajarillos al amanecer... y todos estos prodigios de la naturaleza, pasan por muchos de nosotros desapercibidos en su cotidianidad y no son valorados como se merecen; a veces lo más cercano se nos vuelve invisible y debemos despertar y darnos cuenta de la grandeza de toda la belleza que tenemos y de toda la magia que nos rodea.
La vivienda tradicional
Las casas no eran un televisor y unos dormitorios, eran escuelas del vivir cotidiano. La chimenea era punto de encuentro, la cocina testigo de todos los avatares familiares. La cuadra, el corral y “la marranera” eran el complemento mínimo necesario para la vida familiar. La matanza era rito, fuente y origen de toda la cocina familiar a lo largo del año; las gallinas, alguna cabra, y una pareja de conejos aseguraban la diversidad y la supervivencia de la economía doméstica. Para los más jóvenes esto queda atrás; prácticamente sólo vive ya en los recuerdos de las generaciones de los mayores.
Nuestra vivienda tradicional externa e internamente se blanqueaba, utilizando la cal como pintura y adquiriendo las viviendas y el núcleos de población la blancura característica de Andalucía.
Nuestra manera de ser y nuestra manera de hablar
La gracia y el salero del habla de nuestro pueblo es inconfundible. A lo largo de los siglos se ha ido creando un “estilo” y modismos que hacen propios a nuestros paisanos en su forma de hablar.
HE OIDO PALABRAS CON SIGNIFICADO PROPIO EN MELEGÍS COMO: CHANCLETOSO, ESPICHÁ, IFRÉS, MALAFONDINGA, PABILO, RESCULIR, PRINGÓN, RABINDO, TAPIRON, ETC., que constituyen una identidad propia y que no solo no hay que abandonar sino que se deben utilizar como algo nuestro.
Nuestros propios refranes
Tenemos y hemos conservado nuestros propios refranes, como:
La que luce entre las ollas, no luce entre las señoras.
Sardina que el gato lleva, vendida va.
El que quiere probar la olla del vecino, la suya no tiene cobertura.
Mientras se embaraja nunca se pierde, etc. etc.
Juegos y deportes
Y que decir de los juegos y deportes que se practicaban en nuestra infancia como el Rancho, la comba, el corro, las canicas, el mocho, el pañuelo, la liga, la goma, las prendas, los mecedores, El “churropicoterna”, El quemo, La peonza, El burro, El “subastao”, La brisca, El julepe,... El marro era de exclusiva invención nuestra.
Reuniones sociales ya perdidas como las “Cédulas”, donde los jóvenes se reunían en nochevieja y se hacían juegos para formar parejas de novios.
Nuestra propia Gastronomía y nuestros productos artesanos como el Jabón de Sosa, artículos de esparto, bordados de Tul, bordados calados, Ganchillo. La forja artística de “Los Antonios” cuya tradición un día comenzara su antepasado Macario en su fragua de la calle Barrio Hondillo.
Nuestros colores y nuestras fragancias
Y por tener tenemos hasta nuestros particulares colores: Verdes blancos, impolutos, bermellones y cadmios... y nuestras particulares fragancias, los azahares y los olores oferentes del galán de noche mezclados con el perfume embriagador de los jazmines morunos.
En los años 60 tuvimos nuestra particular y propia “Operación Triunfo”, que se desenvolvía perfectamente en Melegís. Tuvimos múltiples letristas de romances, era gente con ganas de cachondeo, gente joven que entre todos sacaban las canciones, de los principales acontecimientos de las últimas semanas. Cuando recogían las mujeres la aceituna aprovechaban para cantar estas cancioncillas.
Me acuerdo de algunos romances, como aquél que decía:
En el Pueblo de Melegís, sí señores, sí señores,
no sabéis lo que ha pasao
se han perdido tres mocitas (2X)
y en Murchas han resultado.
Nuestras originales canciones populares como “Los Mayos”.
Nuestros Villancicos, estos que nos nacen tan espontáneamente cuando estamos de francachela navideña como aquél que decía:
En la “Torna del Fondón”
han puesto una librería
venden los libros baratos
y los vende pulmonía.
Ande, ande, ande, la marimorena.
Sois, pues, todos vosotros, mis queridos paisanos y paisanas los mejores pregoneros que esta noche, nuestro Melegís puede tener. Sois vosotros los que entonáis el mejor canto de alabanza a nuestro pueblo. Porque en vosotros está toda la riqueza. Yo sólo soy un humilde transmisor de vuestra grandeza. ¡Melegís!, Yo canto, yo pregono las excelencias de tus gentes, sencillas, nobles, trabajadoras y joviales.
¡Melegís! ¡Melegís alegre!
Por que tú eres un gran pueblo,
en la Luz de un amor sincero.
¡Amigos y vecinos! ¡Ha llegado la gran fiesta, la alegría de todo un pueblo! Que sepamos emocionarnos con nuestros paisajes, con nuestras costumbres, con nuestras tradiciones, con todo lo nuestro. Que esta noche Melegís, desde los más bellos paisajes de este Valle de Lecrín sepa decir a todos, que estamos unidos en una fiesta de Paz, de Alegría y de Amistad. Olvidemos lo cotidiano y las absurdas diferencias y unámonos todos para cantar, bailar y reír dentro del respeto y la cordialidad.
Es hora de la alegría en este valle de hermosura
aquí y ahora amo esta Tierra, la estoy amando
entre el colorido de sus cálidos fuegos artificiales,
entre la carne de su tierra y los labios de su boca.
Aquí y ahora estoy desciñendo el jubilo danzante,
girando, ardiendo mientras intensamente vivo
cada instante envuelto en la pasión del momento,
jugando como un niño con la Luz y el movimiento.
Espero que en mis palabras hayáis encontrado la voz de la amistad, y también el eco del cariño.
Os invito a todos a disfrutar de las fiestas.
Que suban los cohetes, y exploten con fuerza.
Que suene la música, que estamos de fiesta.
Y para terminar, sólo os pido que unáis vuestra voz a la mía, que vuestra voz amiga me acompañe en un grito que suene con fuerza:
¡¡VIVAN LAS FIESTAS DE SAN ANTONIO!!
¡¡VIVA el PUEBLO DE MELEGÍS!!
¡Que el Santo patrón os bendiga!
Un abrazo muy fuerte para todos.