Ven pronto, sube por la escalera, entra dentro,
ponte el protector vestido de La Dama de El Valle,
verás transformarse la realidad ante tus ojos.
Verás como se han tornado las balas en flores,
el dolor en el júbilo y en la alegría danzante,
el sufrimiento en gozosa felicidad,
la muerte en la bondad y en la vida,
las escuadras negras en el sol radiante,
la derrota militar en la victoria moral,
la inocente sangre derramada, para tus labios en fresca agua,
los olvidados de la guerra, en los convidados a esta mesa.
La guerra y el horror en la paz y la armonía.
La Paz, bendita y jugosa paz de la tierra.
Ya acabó tu impotencia e incomprensión de viuda,
ya no tendrás que volver a vestir de luto,
no te hará ya falta enjugar tantas lágrimas.
El tiempo tenebroso no volverá a marcar tu vida,
ya nunca jamás se repetirán los hechos ocurridos,
en ningún tiempo habrá más valle de tristezas,
solamente existirá El Valle, para admirar sus bellezas.
(En el Valle, a 11-11-2002)
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