01 abril 2011

Recuerdos para la Convivencia El Valle 1936-2002

El día 25 de octubre tuvo lugar la Inauguración de los Hijones, a las 17,00 horas, por Alfonso Guerra González.
 

   El día 25 de octubre a las 13,30 horas comenzaron los actos con una recepción  de bienvenida a Alfonso Guerra González Presidente de la Asociación Pablo Iglesias, en el recibidor de El Mesón de los Naranjos, a este encuentro así como al acto de inauguración de los Hijones que se llevaría a cabo más tarde asistieron, los Alcaldes de la Comarca, distinguidas personalidades, entre otras, Paco Álvarez de la Chica, Secretario General de los socialistas granadinos. Angel Díaz Sol, Senador del partido socialista en el senado por Granada. El Señor Moratalla, Alcalde de Granada, el Sr.  Gutiérrez Terrón, Delegado de la Junta de Andalucía en Granada, el Alcalde de El Valle Juan Antonio Palomino, Ian Gibson y el profesor Rafael Gil Bracero.


Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) es licenciado en Filosofía y Letras e Ingeniero Técnico Industrial. En 1960 ingresó en las Juventudes Socialista, y dos años después en el PSOE, empezando a formar parte de su Comisión Ejecutiva desde 1970. En 1976 fue designado Secretario de Organización, y desde 1979, Vicesecretario General del partido. Con la llegada de la democracia, fue diputado en 1977, 1979, 1982, 1986 y 1989. Con el triunfo electoral socialista en 1982, fue nombrado Vicepresidente del Gobierno de España.  El ex vicepresidente del Gobierno, ha promovido una exposición de homenaje a  los españoles que estuvieron en campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Alfonso Guerra responde a unas preguntas realizadas por el Director del periódico de El Valle de Lecrín Vitaliano Fortunio.   Alfonso Guerra contestó que no conocía El Valle y que lo había dejado verdaderamente impresionado por su belleza y por el carácter umbroso que se adivinaba para el verano, y lo que debía ser en primavera un aroma maravilloso con estos naranjales, cuando el azahar saliera debería ser extraordinario. Le había parecido uno de los valles más bonitos que había visto en su vida.
Hacía un día de sol maravilloso como si la justicia del gran Dios quisiera unirse a la memoria de los homenajeados.
Bajo el palio alternante de hojas enrojecidamente doradas y de hojas verdes del patio del Mesón de los Naranjos, se degustaba la amena conversación de unos comensales con otros. Este mesón es un excelente lugar para saboreara excelentes platos típicos de gran refinamiento.
Después de la comida Alfonso guerra dedicó algunos  libros  de - El exilio español 1936- 1978. Julio Martín Casas y Pedro Carvajal Urquijo, por haber sido él el autor del  Prólogo.

Un poco después Rafael Gil Bracero dedica y regala a Alfonso uno de sus libros: “ - Caciques contra socialistas. Poder y conflictos en los Ayuntamiento de la República. Granada 1931 – 1936.  Diputación Provincial de Granada. Por Rafael Gil Bracero y Mario López Martínez”.
 L
a comitiva  parte para los Hijones para la inauguración de la escultura en memoria de los asesinados en la guerra y que no tuvieron un digno entierro. Estando ya llegando al lugar acordado comenzó la banda de música a tocar. Alfonso Guerra saludó a numerosas personas  del pueblo. A  continuación se oyen aplausos y vítores ¡Alfonso, Alfonso!.


Estamos ya en el paseo del puente de los Hijones que vio junto a su olivo como mataron a muchos “cabecillas” de los rojos sobre todo al principio de la guerra, en momentos de incertidumbre en los que el nuevo gobierno todavía no estaba consolidado, los sacaban de sus casas por la fuerza para acabar con ellos. Históricamente se han contabilizado 8 desaparecidos en Restábal, 6 en Saleres y otros 6 en Melegís. Pero aquí  también fueron fusilados otros vecinos de pueblos próximos como Nigüelas, Pinos del Valle y Lecrín. Los soldados los trasladaban desde sus casas y desde suspueblos hasta el Puente de los Hijones donde ponían fin a sus vidas. Debajo del olivo se ha puesto una placa de fondo negro y letras plateadas con el escudo del Municipio, cuya leyenda dice”: El municipio de El Valle en memoria de los que aquí y en otros lugares murieron asesinados durante la Guerra Civil.”

El Sr. Alcalde de El Valle acompaña a Alfonso Guerra hasta la escultura 

de La Dama de El Valle, donde la descubre este último tirando de una cinta,
 verde, blanca y verde, asemejando la bandera de Andalucía.
Aplausos y vítores.

A continuación el Alcalde de El Valle
D. Juan Antonio Palomino pronuncia unas palabras:
             Buenas tardes, autoridades, Presidente de la Asociación Pablo Iglesias, amigos, amigas, familiares. Hoy para el municipio es un día muy especial, es un día que ha estado en el recuerdo, en el corazón, en la memoria de todos y cada uno de los que nos encontramos aquí.
            Cuando el Ayuntamiento se plantea rememorar, acondicionar El Barranco de los Hijones estaba motivado por una idea doble. En un primer lugar dignificar y recuperar una memoria histórica que era la de miles y miles de buena gente que en este pueblo y en esta Comarca habían desaparecido del mapa, de todos los lados. Y por otra parte el Valle es un sitio privilegiado y cuando veníamos al Valle encontrábamos un sitio desagradable, mucha gente nos lo decía, nos lo recordaba, que  la entrada del pueblo era un basurero, estaba muy mal, han pasado los días y a llegado el momento de dignificarlo y acondicionarlo con todas las de la ley.
            En un doble sentido se ha dignificado este lugar y su memoria, para el gozo de nuevas generaciones. Que nunca se pierda esa memoria histórica de lo que aquí ocurrió, siempre ha habido un referente que es el famoso olivo de los Hijones. Está en la memoria de cada uno de nosotros y del Valle de Lecrín. Ha llegado este momento, que se ha hecho con el esfuerzo de muchas administraciones. Hay que recordar la apuesta de la Diputación de Granada a través de su área de Cultura, también la apuesta de la Universidad con la constitución de unas becas. Las becas “al raso”, este año está en su segunda edición y la  apuesta de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Turismo y Deporte.
            Tenemos un sitio para gozar y disfrutar en este lugar público, para que recordemos y vivamos este espacio. Quiero darle las gracias a estas instituciones y también darle las gracias a todos los obreros que han estado trabajando aquí, gente de nuestro pueblo que han elaborado esta maravilla.
            A continuación van a intervenir algunos familiares de gente que aquí fueron asesinados y sobre todo el Presidente de la Asociación Pablo Iglesias que está realizando en esta asociación una labor de la recuperación histórica. Este país no podrá ser un país libre hasta que no se descubra la verdad. Doy la palabra a continuación a Josefa Barranco Era para que nos dirija unas palabras.

Sr. Alcalde, Sr. Presidente de la Asociación Pablo Iglesias, vecinas y vecinos que nos acompañáis. Cuando nos dijeron que preparara unas palabras, como familia de uno de los asesinados durante la Guerra Civil Española...  Gracias a...... por enfrentarse al Cacique, gracias a Francisco por defender los derechos de riego, a Serafín por su prosperidad económica, a José por creer en juicios y a ellas Encarnación, Virtudes, Trinidad y María, a ellas, por enfrentar, por alentar la lucha contra la injusticia. Pero estas sombras que han cubierto el pasado durante demasiado tiempo con su presencia, han dado paso a nuevas luces porque la buena semilla nunca muere y desde la serenidad que da el paso del tiempo me lleno de orgullo como vecina y afectada. Que este lugar se recupere para la vida. Vida que siempre a estado en este olivo, el olivo de los Hijones. Y que ahora lo acompaña la vida que Elisa Ramos ha transmitido a esta piedra transformándola en una Dama, vigilante, acogedora y atenta. En este solar que es España, que no vuelvan a existir niños sin abuelos, por motivos de guerra. Gracias Elisa por tu trabajo y gracias a todos ustedes por acompañarnos.



 Aplausos.

A continuación Francisca Montosa Marcos habla en nombre de los familiares:

Sr. Alcalde, Sr. Presidente de la Asociación Pablo Iglesias, Autoridades, señores y señoras. En nombre de los familiares, de las personas que fueron fusiladas en el lugar que nos encontramos, hace ahora 66 años. Queremos agradecer ante todo al Ayuntamiento de El Valle y a su Alcalde D. Juan Antonio Palomino la iniciativa que ha llevado a cabo para recuperar la memoria histórica de los represariados políticos de Saleres y del Valle de Lecrín, a la Fundación Pablo Iglesias y a su Presidente D. Alfonso Guerra, su presencia en este acto, porque con ella engrandece y ennoblece la memoria de los homenajeados.

Y a todos ustedes que hayan acudido, porque con su asistencia nos dejan el reconocimiento, apoyo y solidaridad. Queremos también dedicar un recuerdo emocionado a los que este homenaje les ha llegado demasiado tarde porque ya no están entre nosotros, nos referimos fundamentalmente a las viudas, aquellas mujeres de negro, de luto eterno, que durante tantos años lloraron a los suyos en soledad y en silencio. Y que a pesar de su soledad y de su desesperación con tanta dignidad lucharon por sacar su familia adelante, a pesar de las adversidades,  conservando intacto el recuerdo de los desaparecidos, hasta la hora de su muerte. Queremos también recordar en este acto a los olvidados de la guerra y del exilio, a los españoles que quedaron tendidos para siempre en las cunetas y fueron enterrados en fosas sin nombre, a los que se disiparon en el humo de los campos de concentración nazi, a los Makis, a los que murieron lejos de su tierra en el empeño de mantener viva la llama de la libertad. Como lo recuerda el testimonio de sus tumbas en Dunquerque, en el puerto noruego de Nardis, en el Norte de África, o en los caminos que iban a París y a Berlín, vaya también para ellos este homenaje.

Para los familiares de las víctimas hoy es un día importante, queremos destacar la simbología que tiene el hecho de que la iniciativa de este homenaje parta del Ayuntamiento, institución a la que los homenajeados pertenecieron y que en este acto se encuentra presente un destacado militante del Partido Socialista en que ellos militaban, ya que fue esta militancia política y su presencia institucional lo que les costó la vida.

Antes decíamos que durante 66 años hemos recordado a los nuestros en soledad, pero a partir de hoy sabemos que no estamos solos, que nuestros muertos son también vuestros muertos y que este reconocimiento nos reconforta y nos alienta para continuar en la tarea colectiva de construir una sociedad mejor. Empeño que a aquellos hombres les costó la vida. Por nuestra parte no queremos venganza, a estas alturas sólo queremos reivindicar el buen nombre de los fusilados, recuperar la dimensión humana de las víctimas, queremos que se reconozca públicamente y que todo el mundo sepa que no fueron delincuentes, hombres sencillos, dignos, trabajadores del campo, que no sabían nada de letras y menos aún de política, pero que sí sabían de injusticia, de miserias y de atropellos y que por eso militaron en el partido socialista y en las organizaciones obreras. Participaron en la política municipal, y trabajaron por mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos y por traer prosperidad a sus pueblos. Como dijo Federica Monseny, ministra durante la república, no hace mucho tiempo: “No pretendemos pasar factura con ellos, eternos Quijotes, constantes carreteros de todos los ideales, combatientes de todas las contiendas. Hay en nosotros demasiado orgullo y demasiada conciencia de nuestras grandezas para pensar en cobrar lo que no tiene precio”. Se ha dicho alguna vez que estos hombres fueron héroes, nosotros creemos que ni siquiera tuvieron oportunidad de serlo, porque los mataron sin darle la más mínima opción de defenderse. Queremos que quede expresado en nuestro deseo, que nunca más vuelvan a ocurrirse episodios tan vergonzosos y sangrientos como este, que entre todos seamos capaces de resolver nuestras discrepancias por la vía del diálogo y de la democracia. Para ello creo que vendría bien que recordáramos que como decía nuestro Quijote a su escudero: “La libertad es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no se pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar cubre. Por la libertad así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida”. Gracias.
Aplausos.
Ahora Josefa y Paqui hacen una ofrenda de flores
a toda la gente que perdieron su vida en este Barranco
de los Hijones. La ofrenda la hacen al pie del olivo.
Aplausos.


A continuación toma la palabra D. Alfonso Guerra González tras ser anunciado por el Señor Alcalde del municipio de El Valle.
Queridos amigos, queridas amigas, compañeros, compañeras, señores y señoras. Es muy difícil decir unas palabras por breves que sean que tengan sentido después de escuchar a dos mujeres Josefa y Paqui que tienen dentro de sí, el dolor, la memoria y el recuerdo durante largos años y hoy vienen a ofrecer un homenaje, unas flores, a sus familiares asesinados.

Es muy difícil, porque este es un acto que puede ser considerado como un acto político, pero la esencia del acto no es sólo política, este es un acto de emoción, es un acto de reparación, este es un acto de humanidad.

Se reúnen vecinos del Valle para decir con claridad que hay unos hombres y unas mujeres que fueron asesinadas por una culpa tan terrible, como defender la honradez, la libertad, las ideas de modernidad y fueron asesinados por que en un momento determinado la legitimidad de un gobierno que se había implantado por la dotación masiva de los españoles, por la gran alegría, por la llamarada de Esperanza que fue el 14 de abril de 1931. Que esta legitimidad fue violada por un grupo de militares que sin consideración  ni de la libertad, ni de la democracia, ni de la honradez, ni de la dignidad humana, enarbolaron la bandera de la infancia, acabaron con aquél reino, llevándose con ellos a casi un millón de muertos y a casi un millón de hombres, mujeres, niños y ancianos, exiliados de su patria. A los que se les consideró, a los muertos y a los exiliados, como a los enemigos de España, cuando está claro hoy que han sido los más grandes patriotas que ha habido en la historia de nuestro país.

La epopeya que vivieron aquellos hombres y mujeres y sus familiares, no tiene parangón probablemente con ninguna de las guerras que ha habido en la tierra. En ninguno de los exilios, de los éxodos que ha habido en el mundo.

La indigencia, el oprobio, la humillación, la discriminación permanente, el vivir a susurros, el vivir la vida en los rincones, el vivir con el color negro encima de toda la historia, es algo que merecía un homenaje, pero debemos ser claros y sinceros, el homenaje llega muy tarde.  Hace veinticinco años que España recuperó su democracia, pero en aquel momento en el que se hace transición de una dictadura a una democracia, los artífices de aquella transición, los protagonistas de aquella transición entienden, entendemos que no debemos construir una democracia para nosotros, sino para nuestros nietos. Esos niños y esas niñas que hay ahí nunca más tienen que vivir lo que nuestro país, lo que nuestros ciudadanos vivieron entre el año 1936 –1939. Y lograr aquel cambio de una dictadura feroz, triste, muy represiva. Téngase en cuenta que no sólo es una guerra. Téngase en cuenta que en el fascismo italiano en tiempo de paz, por cada uno de asesinados por Musolini, Franco asesinó diez mil, por cada uno diez mil. Es la dictadura más represiva que se conoce. Al pasar de esa dictadura a la democracia, sabíamos que acarreaba muchas renuncias, renuncias a ideas queridas, renuncias a muchas convicciones mantenidas durante años, y entre esa renuncia estaba la renuncia a la memoria, estaba el olvido, el no poder hablar claramente de muchas cosas que exigían hablar a gritos, entre ellas los asesinatos realizados durante la guerra y con posterioridad a la guerra.

Por eso lo hacemos tarde, pero tiene si no la justificación que no la tiene, la explicación de que era necesario garantizar para nuestros nietos una vida en democracia, en libertad y sin enfrentamientos, pero la historia es implacable. Aquellos que hoy están siendo recordados, homenajeados, aquellos perdieron, sufrieron la derrota militar, hoy vemos que tuvieron la victoria moral. Aquí en El Valle hay tres casas de Cultura, fijaros en los nombres de las casas de Cultura: Federico García Lorca, Antonio Machado y Fernando de los Ríos. Un asesinado por aquél levantamiento, dos exiliados por aquél levantamiento.

La historia vuelve a poner en su sitio a la gente, quien hoy puede en un pueblo como El Valle pensar en poner el nombre de la Casa de la Cultura de alguno de aquellos asesinos. La historia no perdona, coloca a cada uno en su sitio, pero es que esta victoria moral que supone que hoy estemos aquí no celebrando, pero si recordando, rindiendo un sentido y emocionado homenaje a hombres  y mujeres que no tuvieron culpa alguna para merecer este trato y para que sus herederos, durante años y años, merecieran un trato de discriminación, de oprobio y de silencio. El reunirnos aquí en El Valle, en un Valle de los más bellos que hay en España, donde se puede pensar sólo en la felicidad, en vivir en convivencia, en vivir entre todos con un trato de amabilidad, con un trato de educación y de humanidad. Aquí hubo estos crímenes y nosotros debemos decir muy alto, que no se repitan nunca más. Pero eso no es sólo un deseo, para que eso ocurra debemos de ser ahora implacables con los que quisieron subvertir la democracia y la libertad. Sabemos que a veces también se quiere de alguna forma hacer reaparecer aquel clima de crispación. Todavía hay partidos políticos en España y uno de ellos gobierna en este momento la nación, que no quiere condenar aquel levantamiento del año 1936. Ante la historia habrán de rendir cuentas y lo harán de una manera clara. Los ciudadanos y ciudadanas de El Valle, Granada, Andalucía y España, cada día deben de saber con más claridad y nosotros debemos hacer que lo vean con toda claridad, que aquello fue un crimen colectivo, contra el que hay que levantarse moral, política y humanamente. Así que jamás tengamos que volver a venir a rendir homenaje a unos fusilados, que no tengamos que rendir homenaje a la muerte sino a la inteligencia, a la bondad, a la libertad, a la felicidad y a la vida. Eso es lo que yo desearía y lo que estoy seguro que está en cada uno de los corazones de las personas que están en este momento aquí recordando estos hombres y mujeres. Gracias por que hayáis puesto vuestro corazón en esta memoria. Yo os aseguro que mientras tenga un hálito de vida, lucharé para que estos corazones vuestros sigan siendo corazones alegres y felices. Muchas gracias.

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