Una meta nos confiere una necesidad de avanzar, de llenar ese espacio que hay entre nosotros y el fin que perseguimos. Cuando a la ostra le entra un granito de arena debe comenzar a cubrirlo pues le resulta una molestia. Es algo tan irritante para su mundo, y debido a su deseo de resolución ella forma una perla. Al igual pasa con tantos hombres que han roto barreras sociales, físicas, psíquicas y se han levantado contra viento y marea, en una continua lucha entre transformarse o morir. Y de ser seres despreciables, han resurgido de las cenizas para transformarse en radiantes magnetos de amor y comprensión.
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