En el valle que acaricia el río,
Allí donde el sol juega entre montañas,
Se alza Melegís, pueblo tranquilo,
Con sabor de naranjas y mañanas.
El aire lleva el aroma eterno,
De azahar que embriaga al caminante,
Y sus calles, de blanco tierno,
Son huellas de un tiempo distante.
Donde el tiempo se vuelve canción,
Eres verso en el alma perdido,
De quien te lleva en el corazón.
Rincones de piedra, agua y susurros,
Se alían bajo el cielo andaluz,
Mientras la sierra guarda sus murmullos,
Y se duerme en la paz de su luz.
Oh, Melegís
escondido,
Donde el tiempo se
vuelve canción,
Eres verso en el alma
perdido,
De quien te lleva en
el corazón.
Desde tus huertos, tierra bendita,
Brotan cuentos de antaño y bondad,
Y el viento que en tus lares habita,
Lleva historias de amor y lealtad.
Bajo el alba y el cielo sereno,
En el Valle de Lecrín, orgulloso,
Melegís, guardas tu encanto lleno,
Como un sueño, eterno y hermoso.
Oh, Melegís
escondido,
Donde el tiempo se
vuelve canción,
Eres verso en el alma
perdido,
De quien te lleva en
el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario