Entre montes antiguos y cielos abiertos,
Se halla Restábal, en calma y en sueños envuelto.
Con casas de cal y calles de historia,
Donde el tiempo trascurre sin prisa ni gloria.
A la orilla del río
susurra el agua clara,
Como quien guarda un
secreto que el alma declara.
Los naranjos en flor
perfuman el viento,
Y el sol dibuja
sombras en su lento aliento.
Allí, entre huertas de almendros y olivos,
La vida transcurre en pasos sencillos.
Desde el amanecer, con sus tonos dorados,
Hasta el anochecer de cielos estrellados.
Oh, Restábal querido, rincón de nostalgia,
Donde el tiempo se queda, donde el alma se embalsama.
Quien te visita, jamás te olvida,
Pues en ti encuentra paz, refugio y vida.
A la orilla del río
susurra el agua clara,
Como quien guarda un
secreto que el alma declara.
Los naranjos en flor
perfuman el viento,
Y el sol dibuja
sombras en su lento aliento.
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