Joaquín Muñoz Ruiz: El Maestro Poeta de Restábal
En un rincón perfumado y polícromo del Valle de Lecrín, en Restábal, el 31 de enero de 1958, Joaquín Muñoz Ruiz ponía el punto final a su obra Recuerdos de Antaño. Este libro, impregnado de nostalgia y elegancia literaria, no solo captura la esencia de su vida y su pueblo, sino que también refleja la grandeza de un hombre que fue mucho más que un maestro: un poeta, un innovador educativo y un cronista de su tiempo. Hoy, sesenta y cuatro años después, recordamos a este “restabeño” nacido el 4 de abril de 1891, cuya vida y legado siguen resonando en las aulas y en los corazones de quienes lo conocieron o han leído sus palabras.
Una Vida Dedicada a la Educación
Joaquín Muñoz Ruiz nació en una familia de maestros, una tradición que llevaba en la sangre. Su padre y sus abuelos paternos también dedicaron sus vidas a la enseñanza, y él heredó no solo la profesión, sino una pasión inquebrantable por transformar la educación. Como maestro en Restábal y Saleres, y más tarde como inspector de educación, Muñoz Ruiz se destacó por su enfoque innovador, inspirado en los ideales de la Segunda República, que abogaban por una escuela pública, laica, científica y accesible para todos.
Sus clases eran una experiencia única. Los testimonios de sus alumnos, recogidos con el paso del tiempo, pintan el retrato de un hombre de presencia imponente pero de voz dulce y modulada, capaz de transformar cualquier lección en una historia cautivadora. “Parecía acariciarte con cada palabra”, recuerdan algunos, mientras otros evocan cómo sus explicaciones fluían con la cadencia de una enciclopedia viva, haciendo que los estudiantes se sintieran protagonistas de las historias que narraba. Su amor por la didáctica y su habilidad para conectar con los alumnos lo convirtieron en el alma de varias generaciones.
Sin embargo, su compromiso con las ideas progresistas no pasó desapercibido durante los oscuros años del franquismo. Como muchos educadores de su tiempo, Muñoz Ruiz sufrió la represión del régimen: fue apartado de su trabajo por sus ideas innovadoras y su defensa de una educación liberadora. A pesar de las adversidades, su espíritu resiliente prevaleció. Años después, fue readmitido en la docencia, y su labor fue reconocida incluso a nivel internacional. En 1961, la UNESCO visitó su escuela en Restábal, un testimonio de la calidad y el impacto de su trabajo pedagógico.
Recuerdos de Antaño: Un Legado Literario
Además de su labor como educador, Joaquín Muñoz Ruiz fue un escritor de pluma fina y evocadora. Su libro Recuerdos de Antaño, firmado en aquel memorable 31 de enero de 1958, es una joya literaria que trasciende el tiempo. En sus páginas, el autor teje un tapiz de memorias que retratan la vida en Restábal y el Valle de Lecrín durante la primera mitad del siglo XX. Con una narrativa esmerada y un uso recurrente de expresiones populares, Muñoz Ruiz da vida a personajes, costumbres, añoranzas y episodios históricos que invitan al lector a sumergirse en un mundo sencillo pero profundamente humano.
El libro no es solo un compendio de recuerdos personales; es una fuente de información histórica y cultural que permite a los lectores modernos comprender la vida rural de la época. Desde el aroma de los naranjos en primavera hasta los paseos por el campo, donde Muñoz Ruiz compartía con sus alumnos su admiración por la naturaleza, Recuerdos de Antaño es una invitación a redescubrir la belleza de lo cotidiano. Textos como “Estampa de Carnaval” muestran su habilidad para capturar la alegría y el color de las tradiciones populares, asegurando que su obra siga siendo relevante y digna de ser releída.
Muñoz Ruiz también fue columnista del diario IDEAL, donde, desde finales de los años 50 hasta 1970, reflexionó sobre la educación, la vida cotidiana y su amado Valle de Lecrín. Sus artículos, impregnados de sensibilidad y erudición, consolidaron su reputación como un intelectual comprometido con su comunidad.
Un Hombre de Rectitud y Bondad
Quienes conocieron a Joaquín Muñoz Ruiz lo describen como un hombre de rectitud intachable, trato cordial y gesto amable. Su imponente presencia inicial podía intimidar, pero bastaba una palabra suya para disipar cualquier temor. Su erudición exquisita se combinaba con una humildad que lo hacía accesible y querido por todos. En sus últimos años, viviendo en el barrio del Zaidín junto a una de sus hijas, seguía viajando a Restábal con su nieto “Miguelito”, compartiendo durante el trayecto su amor por la belleza de los pueblos del Valle y el olor a azahar que los inundaba en primavera.
Muñoz Ruiz falleció el 7 de julio de 1970, dejando un vacío en Restábal y en el Valle de Lecrín. Sin embargo, su legado perdura. El CEIP Joaquín Muñoz Ruiz, un coqueto colegio en Restábal que lleva su nombre, sigue educando a nuevas generaciones con el mismo espíritu de compromiso y amor por el aprendizaje que él encarnó. Como escribió Mario Benedetti, “el olvido está lleno de memoria”, y en este caso, la memoria de Muñoz Ruiz vive en su obra, en su escuela y en el cariño de quienes lo recuerdan.
Un Maestro para Siempre
Joaquín Muñoz Ruiz no fue solo un maestro, sino un poeta de la enseñanza, un defensor de la educación como un derecho liberador y un cronista de la vida sencilla pero rica de su pueblo. Su vida, marcada por la pasión, la resiliencia y la creatividad, es un testimonio de cómo un individuo puede transformar su entorno a través del conocimiento y la bondad. Recuerdos de Antaño no es solo un libro; es un puente hacia el pasado que nos invita a reflexionar sobre el presente y a soñar con un futuro donde la educación siga siendo, como él creía, un faro de esperanza.
Hoy, al despedir abril y dar la bienvenida a mayo, celebramos a este “restabeño” que, con su pluma y su voz, sigue enseñándonos que la memoria, la poesía y la educación son tesoros que nunca se desvanecen. Joaquín Muñoz Ruiz, un maestro para siempre.
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