💧 La Fuente de Melegís y su Cristo del Paño: memoria de agua, fe y pueblo
En el corazón de Melegís, donde el murmullo del agua sigue marcando el ritmo de los días, se encuentra uno de los rincones más entrañables y simbólicos del pueblo: el Lavadero de la Fuente. Lugar de encuentro, de memorias compartidas, de cántaros y confidencias, este espacio sigue vivo no solo por su caudal constante, sino también por la presencia serena que vigila desde arriba: el Cristo del Paño.
Justo sobre los Tres Caños, bajo la sombra del alero y entre cal y verdor, se halla una imagen del Cristo del Paño, una copia fiel del lienzo milagroso que se venera en Moclín. No es casual que esta imagen esté ahí, presidiendo silenciosa el lavadero, como si bendijera desde su altura las manos que lavaron, las penas que se contaron y las vidas que allí transcurrieron. En Melegís, el agua y la fe se entrelazan.
🙏 El Cristo del Paño de Moclín: símbolo de devoción
La imagen original, que se guarda en el santuario de Moclín (Granada), es un lienzo que representa a Cristo con la cruz al hombro y una mirada profunda que ha conmovido durante siglos a miles de fieles. Se dice que su fama milagrosa comenzó tras curar a un sacristán de unas cataratas, lo que dio origen al nombre popular de “Cristo del Paño”. Desde entonces, cada 5 de octubre, Moclín se llena de devotos venidos de toda la provincia en una de las romerías más antiguas y multitudinarias de Andalucía.
La copia que luce en la fuente de Melegís es una muestra de ese vínculo espiritual que conecta los pueblos de la Vega y el Valle con el Cristo de Moclín. No solo se admira por su valor artístico, sino porque guarda la memoria colectiva de generaciones que vieron en esa imagen consuelo, esperanza o simplemente presencia.
🎭 Un Cristo en la escena: de la devoción popular al drama
Este fervor popular, profundamente andaluz, sirvió de inspiración para la obra teatral El Cristo de José Martín Recuerda, escrita en 1964. Aunque no menciona expresamente a Moclín, su autor —granadino y conocedor del alma de los pueblos— dibuja en su obra la historia de un sacerdote que, sobrecogido por el fanatismo que envuelve a una imagen de Cristo adorada como ídolo, decide apuñalarla para despertar a su pueblo del engaño espiritual.
La acción transcurre en un pueblo andaluz no identificado, pero la crítica y el simbolismo apuntan claramente a realidades conocidas: el poder de la tradición, el miedo al cambio y el conflicto entre fe verdadera y superstición colectiva.
Algunos investigadores y vecinos como Antonio Morillas han sugerido que la obra "El Cristo" pudo haberse inspirado libremente en devociones como la del Cristo del Paño, donde la intensidad del fervor popular rozaba en ocasiones la idolatría.
🌿 Agua, rostro y memoria
Así, el Cristo del Paño de Melegís, aún en su humildad de copia en una litografía en papel, guarda un profundo significado. Preside un lavadero que fue espacio social, de mujeres y niños, de noticias y silencios, donde la fe no era discurso teológico, sino gesto cotidiano: una mirada al Cristo al pasar, una oración entre ropa enjabonada, un susurro de gratitud o súplica.
Es un rincón donde la espiritualidad y la vida se funden, como el agua y la piedra. Y donde el eco de lo que ocurrió o pudo haber ocurrido —en Moclín, en Melegís, o en la ficción de una obra teatral— nos recuerda que la devoción popular también es literatura, historia y resistencia.
POEMA AL CRISTO DEL PAÑO
Junto al caño de la fuente
bajo sombra del alero,
una imagen nos contempla
con su rostro verdadero.
Cristo del Paño en lo alto,
silencioso y venerado,
escucha penas sin ruido
de un pueblo que ha confiado.
No hay retablo ni campanas,
solo cal, albahaca y cielo,
pero hay fe entre las piedras
y oración en cada anhelo.
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