09 abril 2025

El partidor de aguas



El partidor de aguas

 

El partidor de aguas, ese lugar antiguo donde el agua se reparte entre acequias, donde la geometría y la tradición se dan la mano, y donde cada gota obedece a un orden nacido hace siglos. Allí donde fluye el agua… y también las historias.

Aquí os traigo amigos una leyenda inventada que podría haber nacido entre las piedras del partidor.

 

 

“El guardián del agua”

Nigüelas, siglo XVII

 

Cuentan que en Nigüelas, cuando se construyó el partidor de aguas,

no lo diseñaron solo con piedra y cálculo,

sino con algo más.

Dicen que el maestro morisco que lo trazó,

se llamaba Hassan Al-Nassir,

y que tenía un don:

sabía escuchar al agua.

No necesitaba medir.

Solo ponía la palma en el suelo,

cerraba los ojos

y decía:

—“Esta acequia está sedienta. Esta, agradecida. Aquella… espera.”

El día que terminó la obra, colocó una cruz de piedra sobre el partidor.

Un gesto humilde, para que no sospecharan de su fe verdadera.

Pero justo bajo la cruz, escondió otra marca más sutil:

un pequeño caracol tallado en la roca.

Símbolo del tiempo lento y del ciclo sin fin.

Los vecinos aprendieron pronto a seguir las reglas de reparto.

El agua llegaba a cada bancal, a cada huerta,

como si supiera el nombre de cada olivo.

Pero un año, la sequía golpeó el valle.

Los hombres discutían.

Querían más agua, más horas, más caudal.

Y uno de ellos —dicen que un forastero—

quiso cambiar el orden.

Movió una piedra.

Alteró el canal.

Esa noche, el partidor se desbordó.

Y el agua dejó de obedecer.

Nadie entendía qué había pasado.

Hasta que una niña del pueblo,

llamada Lina,

bajó sola hasta el partidor al amanecer.

Se arrodilló,

puso la oreja sobre la piedra,

y oyó una voz muy suave que decía:

—“No deis más al que grita.

Dad al que cuida.

Y al que espera.”

Lina llamó a los mayores,

y les mostró la marca del caracol bajo la cruz.

Desde entonces, en Nigüelas,

cada vez que se reparte el agua,

se recuerda aquella frase:

“No manda el que tiene sed.

Sino el que honra el cauce.”

 



 

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