26 abril 2025

Albuñuelas en el siglo XIII


Albuñuelas en el siglo XIII: un mosaico de alquerías en el corazón del Valle de Lecrín

En el siglo XIII, Albuñuelas, situado en el pintoresco Valle de Lecrín en la actual provincia de Granada, era un vibrante conjunto de alquerías que palpitaba al ritmo de la Acequia Grande o del Lugar, la arteria hídrica que nutría la vida de este enclave nazarí. El geógrafo e historiador Al-Idrisi, en sus escritos, describe un "manzil" en Mondújar, un punto de intercambio comercial donde los habitantes del valle acudían para aprovisionarse de frutas, verduras y pescado. Este mercado, uno de los primeros testimonios documentados del Valle de Lecrín, refleja la importancia de Albuñuelas como un núcleo agrícola y social en la región.

La estructura de Albuñuelas: alquerías y vida comunitaria

Albuñuelas no era un pueblo compacto, sino un mosaico de pequeñas alquerías diseminadas a lo largo de la Acequia Grande, cada una con su propia identidad y organización. Estas alquerías, descritas como Naio (en torno a la Torre Bayo), Trota (en la actual Plaza de Abajo) y Cautil (en el Barrio Bajo), eran pequeños núcleos de población que albergaban barrios como Axablil, Tautila y Tantilén. Cada alquería tenía su propia infraestructura: mezquitas o rábitas para el culto, macaberes (cementerios) para los difuntos, hornos comunales para el pan y molinos para procesar los cereales. Esta organización descentralizada reflejaba la vida rural andalusí, donde la comunidad se articulaba en torno a la tierra y el agua.

La Acequia Grande, que atravesaba el valle, era el eje vital de Albuñuelas. Sus aguas irrigaban los cultivos y permitían el desarrollo de una agricultura diversa y próspera. Entre los cultivos destacaban la caña de azúcar, las vides, los olivos (aceitunos), las moreras para la cría del gusano de seda y los almecinos (probablemente almendros o albaricoques, según el contexto). Esta variedad agrícola no solo garantizaba la subsistencia de los habitantes, sino que también integraba a Albuñuelas en las redes comerciales del reino nazarí, especialmente a través del manzil de Mondújar.

Sociedad y cultura en la Albuñuelas andalusí

La población de Albuñuelas en el siglo XIII estaba formada principalmente por musulmanes andalusíes, cuya vida giraba en torno a la agricultura, el comercio local y las prácticas religiosas. Las mezquitas y rábitas no solo eran lugares de oración, sino también centros de reunión comunitaria donde se fortalecían los lazos sociales. Los macaberes, situados en las inmediaciones de las alquerías, eran testimonio de una comunidad que honraba a sus antepasados, mientras que los hornos y molinos evidenciaban una economía autosuficiente y bien organizada.

La diversidad de los cultivos y la presencia de un mercado en Mondújar sugieren que Albuñuelas no era un lugar aislado, sino un punto de conexión dentro del Valle de Lecrín. Los habitantes de las alquerías, probablemente organizados en pequeñas comunidades familiares, se desplazaban al manzil para intercambiar productos y adquirir bienes que no producían localmente, como el pescado, que llegaba desde la costa a través de rutas comerciales.

Un vacío histórico hasta el siglo XVI

Tras las referencias de Al-Idrisi en el siglo XIII, la historia de Albuñuelas permanece en penumbra hasta los albores del siglo XVI. No se conservan datos específicos sobre su evolución durante los siglos XIV y XV, un período marcado por las tensiones entre el reino nazarí y los reinos cristianos. Sin embargo, la estructura de alquerías, con su dependencia de la acequia y su economía agrícola, probablemente se mantuvo hasta la conquista cristiana. La Bula de Erección de 1504, que estableció las parroquias cristianas, y los Habices de 1502, que regularon los bienes de las antiguas mezquitas, marcan el inicio de una nueva etapa en la historia de Albuñuelas, ya bajo el dominio de los Reyes Católicos.

Conclusión

En el siglo XIII, Albuñuelas era un microcosmos de la vida rural andalusí, un conjunto de alquerías interconectadas por la Acequia Grande y unidas por la actividad comercial del manzil de Mondújar. Sus cultivos, su organización comunitaria y su integración en el Valle de Lecrín reflejan una sociedad dinámica y bien adaptada a su entorno. Aunque los siglos posteriores dejaron pocas huellas documentales, la imagen de Albuñuelas como un mosaico de vida agrícola y social perdura como un testimonio de su rico pasado nazarí.

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