24 abril 2025

Leyenda Franciscana de Albuñuelas





LEYENDA FRANCISCANA DE ALBUÑUELAS

Según el historiador Manuel Ruiz Villegas, el antiguo convento franciscano de Albuñuelas fue uno de los más ricos en mitos y leyendas de toda Andalucía. Entre las muchas historias recogidas, destaca una crónica del siglo XVIII que mezcla misterio, castigo divino y redención.

Corría el año 1731. En el pueblo —conocido entonces como “el del arzobispo”— vivía una mujer dedicada a la mancebía, a quien el párroco del momento, probablemente don Diego Gutiérrez, reprendía sin éxito. Un día, decidido a corregirla, fue a visitarla a su casa. Al verlo, el mancebo que estaba con ella huyó por la ventana, y la mujer, rasgándose las ropas, salió gritando a la calle acusando al cura de improperios.

Los vecinos, escandalizados, alertaron a las autoridades y al guardián del convento, Fray Pedro Zarco. El párroco fue encarcelado, y el arzobispo, ante los hechos, lo apartó del sacerdocio.

Pero una noche, algo asombroso ocurrió: un espectro se apareció en la celda del guardián y, entre sombras y silencio, le entregó una carta destinada al arzobispo. Decía ser un enviado del cielo. La misiva, firmada por la propia Divinidad, afirmaba que el párroco era inocente.

En el mismo instante en que el arzobispo leyó la carta, la mujer que había mentido murió entre terribles dolores. Tres veces intentaron enterrarla, y tres veces la tierra rechazó su cuerpo. Solo descansó finalmente en el lugar destinado a los no arrepentidos.

El arzobispo, conmovido por lo sucedido, restituyó al cura en todos sus cargos.

Una leyenda, sí. Pero una leyenda de Albuñuelas. 


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