¡USURPACIÓN EN EL BARRANCO DEL AGUA: LA BATALLA POR SALVAR EL CORAZÓN VERDE DEL VALLE DE LECRÍN!
Granada, 22 de septiembre de 2025. En las entrañas del Valle de Lecrín, donde el agua canta su himno eterno y los molinos susurran historias de siglos pasados, se libra una guerra silenciosa pero feroz. Hoy, lunes de indignación colectiva, la Plataforma Di NO a las Torres y Vecinos Por El Valle alzan la voz para denunciar la usurpación ilegal de más de 100.000 metros cuadrados de monte en los Molinos del Barranco del Agua, en los términos municipales de Conchar y Cozvíjar, pertenecientes a Villamena. No es solo una invasión de tierra; es un asalto al alma de Granada, un atentado contra el patrimonio natural que nos define como pueblo. Mientras las jerarquías del poder actúan como hienas voraces devorando recursos, nosotros, los guardianes de esta tierra, exigimos justicia. Renovables sí, pero no así. No a costa de nuestro barranco, no a costa de nuestra historia.
¡EL BARRANCO DEL AGUA: UN TESORO AMENAZADO POR LA CODICIA!
Imaginad un paraje donde el río Dúrcal serpentea entre barrancos profundos, alimentado por las aguas cristalinas que brotan de la Laguna de Padul. Cuevas prehistóricas talladas por el tiempo, como las de Los Ojos, guardan secretos de nuestros ancestros. Molinos hidráulicos del siglo XIX, algunos aún en pie como reliquias nazaríes, muelen el eco de un pasado laborioso. Acequias como la Real de Conchar irrigan huertos centenarios, y la vegetación exuberante –olivos milenarios, encinas y vegetación ribereña– forma un tapiz verde que contrasta con las áridas laderas de Sierra Nevada. Este es el Barranco del Agua, un sendero vivo que une Cozvíjar con Padul, un pulmón ecológico que atrae a miles de senderistas cada año por rutas como el Camino de los Molinos o la Cascada de Alcázar.
Pero hoy, este idilio se rompe con el rugido de maquinaria pesada. El proyecto del Parque Eólico Barranco del Agua I, impulsado por Energía Eólica Barranco del Agua SL –filial de la granadina Cuerva, con sede en la calle Marqués de Mondéjar–, amenaza con talar y remover esta joya. Declarado de utilidad pública en febrero de 2024 por la Junta de Andalucía, el plan inicial preveía 11 aerogeneradores de hasta 200 metros de altura, pero tras alegaciones masivas que lo tumbaron en la evaluación ambiental de 2023, se redujo a 5 molinos más potentes para mantener los 27 megavatios.
Afecta a 440 hectáreas en Villamena, Albuñuelas, Padul, Alhendín y Escúzar, con viarios internos, canalizaciones y centros de seccionamiento que cruzan el barranco como cicatrices.
La denuncia de hoy no es un capricho: la Plataforma Di NO a las Torres ,voz de cientos de vecinos de Padul, Churriana de la Vega y el Valle entero y Vecinos Por El Valle , revela obras que exceden en más de 100.000 m² la licencia urbanística concedida por el Ayuntamiento de Villamena.
Sin informes ambientales preceptivos, sin respeto a espacios protegidos, se están ejecutando movimientos de tierra en parajes como Cerros Pelaos y Cerrillo del Tío Lora.
El impacto es devastador: alteración de acequias ancestrales que riegan cultivos, riesgo para aves migratorias que surcan el cielo del barranco, y una pérdida irreversible de biodiversidad en un área ya saturada por medio centenar de molinos visibles desde la A-44.
¿Dónde queda el turismo sostenible que tanto proclamamos?
¿Y los baños termales de Urquízar, los miradores de Nigüelas que abrazan el valle desde Dúrcal hasta Izbor?
¡ESPECULACIÓN Y PODER: LAS HIENAS QUE DEVORAN NUESTROS MONTES!
No vale todo para sacar la pasta, gritamos desde el Valle de Lecrín. Este no es un proyecto aislado; es el engranaje de un entramado que huele a los viejos vicios del ladrillo. Empresas madrileñas, oligopolios energéticos con filiales andaluzas de capital irrisorio –apenas 3.000 euros–, segmentan macroproyectos en fases "pequeñas" para evadir evaluaciones ambientales costosas. Expropiaciones forzosas bajo el manto de "utilidad pública", declaradas en el BOE sin pestañear, permiten arrebatar olivos centenarios y montes comunales a precios de saldo: 4.000 euros anuales por hectárea, o peor, nada si no hay acuerdo.
Captadores locales, esos "listos" que Ana denuncia en las redes, ofrecen 2.500 euros por hectárea a vecinos desesperados, convirtiendo la solidaridad rural en traición.
Y detrás, las sombras políticas.
¿Coincidencia que este boom eólico coincida con el gobierno de Bonilla en Andalucía? Recordemos los ERE del PSOE, ese modus operandi de subvenciones opacas; ahora, los "ERE verdes" con fondos europeos para la transición energética. Todo legal, sí, pero ¿justo?
En Padul y Churriana de la Vega, la vergüenza hierve: vecinos que ven sus tierras regaladas por siglas políticas, mientras Aznar y sus redes nacionales tejen filiales como Cuerva para colonizar el sur. Con Franco, como evoca Eduardo, había más control, una conciencia rural que respetaba el monte como madre nutricia, aunque la especulación nunca faltó.
Hoy, en democracia, vamos de mal en peor: leyes ambientales a montones –Ley de Montes 43/2003, Directiva Hábitats de la UE–, pero sorteadas por decretos exprés.
¿Demasiadas normas para que sirvan de algo?
El barranco, que fue hogar de 70-80 almas a principios del XX entre molineros y cuevas habitadas, ahora se vacía para enriquecer a unos pocos.
¡RENOVABLES SÍ, PERO NO ASÍ: UNA LLAMADA A LA RESISTENCIA COLECTIVA!
Granada ya cubre su consumo con renovables, según datos de septiembre de 2025.
¿Por qué saturar el Valle con +50 macroproyectos en tramitación?
Plataformas como Di NO a las Torres o SOS Granada claman por una moratoria: impacto en el agua que baja de la laguna, en la estabilidad geológica post-DANA, en la economía local que vive del senderismo y no de torres fantasmas. Similar a las protestas en Burgos contra 18 molinos en Briesa, o en Jaén donde olivos caen para huertos solares en Lopera. En El Fargue, vecinos alzaron la voz contra la falta de consulta; aquí, exigimos lo mismo.
Hoy denunciamos ante la Delegación Territorial de Sostenibilidad en Granada: paralización inmediata, revocación de licencias y auditoría plena.
Únete: firma alegaciones, camina el barranco antes de que lo silencien, presiona a tu ayuntamiento. El Acueducto de Ciancos, ese puente del XIX que salva ramblas para llevar vida, nos recuerda que el agua no es mercancía.
No permitiremos que el Barranco del Agua se convierta en un desierto eólico. Somos el Valle de Lecrín, somos Granada: ¡Nuestro monte no se toca!
Por la Plataforma Di NO a las Torres, Vecinos Por El Valle y los vecinos de Conchar y Cozvíjar.
¡El barranco resiste, y nosotros con él!

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