La antigua central Eléctrica de Cozvíjar

 LA ANTIGUA CENTRAL ELÉCTRICA DE COZVÍJAR ⚡🏞️

ORÍGENES: LA LUZ LLEGA AL VALLE DE LECRÍN

La historia de la electricidad en Cozvíjar (hoy núcleo del municipio Villamena) está íntimamente ligada a la iniciativa de la familia Tuset. A comienzos del siglo XX, este linaje —con raíces en Catalunya— decidió apostar por un proyecto revolucionario: llevar la luz eléctrica al Valle de Lecrín. 

La primera instalación de esta naturaleza en Cozvíjar data de 1902, pero sería en 1908 cuando la “fábrica de la luz” se inauguró definitivamente, iluminando calles y hogares de la zona por primera vez. 

Gracias a esta central, en 1908 la electricidad no solo llegó a Cozvíjar, sino que se extendió muy pronto a otros pueblos próximos —como Nigüelas o Pinos del Valle— impulsando la modernización del valle. 

LA CENTRAL EN SU MÁXIMO ESPLENDOR: SU PAPEL EN EL VALLE

La central de Cozvíjar formaba parte del sistema hidroeléctrico del valle, junto a otras pequeñas instalaciones en Dúrcal, Melegís, Padul, etc. 

Funcionaba mediante un salto de agua proveniente del río Dúrcal (o de un canal derivado), que movía turbinas que generaban electricidad —una infraestructura pionera para su tiempo, que comenzó a transformar la vida rural: dejó atrás el candil o la mariposa de aceite, y acercó la bombilla a las casas. 

La central no solo abastecía viviendas: también contribuía al funcionamiento de pequeñas industrias del valle, como molinos o fábricas de aceite y harina, que empezaban a demandar energía eléctrica. 

EL OCASO: ABANDONO Y DECADENCIA

Con el paso del tiempo aumentó la demanda eléctrica, lo que provocó la construcción de plantas más grandes y potentes, como la Central de Dúrcal. Esto relegó a la central de Cozvíjar a un segundo plano. 

La central –la llamada “Fábrica de Luz de los Tuset”– fue absorbida por empresas mayores: hacia 1945 pasó a manos de la Hidroeléctrica del Chorro, y en 1951 fue ya parte de Sevillana (eventualmente gestionada por Endesa). 

Hoy, el edificio se encuentra en ruinas: muros deteriorados, tejados hundidos o desaparecidos, puertas arrancadas, vegetación descontrolada —todo recuerda a lo que fue, pero evidencia que el paso del tiempo y el abandono han hecho mella. 

VALOR PATRIMONIAL Y POSIBILIDADES DE REHABILITACIÓN 🏚️🔧

La central de Cozvíjar es mucho más que una ruina: es parte esencial del patrimonio industrial del valle. En documentos de protección de bienes culturales se la considera un “emblemático edificio del patrimonio histórico de Villamena”. 

Su construcción histórica, su papel en la modernización del Valle de Lecrín y su carácter simbólico —el paso de la luz eléctrica, la entrada en la modernidad— la hacen merecedora de una restauración o, mínimamente, de un reconocimiento documental y museístico. 

No obstante, el estado actual presenta dificultades: el tejado está hundido, la vegetación invade la estructura, y los restos se hallan en “estado de ruina y abandono total”. 

REFLEXIÓN FINAL: MEMORIA, IDENTIDAD Y FUTURO 🌿🔦

La antigua central de Cozvíjar encarna un momento crucial de transición en el Valle de Lecrín: el paso de lo agrario a lo moderno, de la noche a la luz eléctrica. Representa la ambición de progreso de comunidades rurales, el impulso de familias como los Tuset, y el deseo de llevar bienestar a pueblos pequeños.

Hoy, sus muros abandonados interpelan nuestra memoria colectiva: ¿qué valoramos del pasado industrial del valle? ¿Es suficiente recordarlo, o merece una intervención de rescate? 

Para quienes, como tú, sienten pasión por la historia, la cultura y el patrimonio del Valle, su conservación o reivindicación puede ser un símbolo de identidad.

Quizás, algún día, esas ruinas puedan rehabilitarse, adaptarse como espacio cultural, museístico o documental, y volver a iluminar —esta vez con la historia— la Comarca.

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