06 abril 2025

Entre Amigos


 ENTRE AMIGOS (Relato en primera persona)

Por Miguel Ángel Molina Palma

Al igual que el arco iris tiende sus brazos desde el cielo hacia la tierra, así he querido siempre tender los míos hacia cada rincón de la vida. He buscado en la palabra, en la poesía, en la historia y en la amistad una respuesta al enigma de la existencia.

Mi infancia se repartió entre Melegís y Padul. Primero Melegís, donde pasaba largas temporadas hasta los cinco años; luego Padul durante el curso escolar, regresando a Melegís en vacaciones. Aquellos viajes en la Alsina, junto a mi madre, entre la niebla de Dúrcal y los amaneceres del Valle, me despertaban una extraña conciencia, como si algo muy profundo se moviera en mí. El olor de las aulagas quemadas en San Sebastián, el rumor de las acequias, las fuentes y lavaderos, la laguna del Padul… Todo forjó lentamente mi alma de poeta.

Fue en Padul donde, con apenas diez años, escribí mis primeros versos. El cambio de casa en la calle Capitán Cortés, un abril nublado y melancólico, me impulsaron a coger una libreta y escribir. A los dieciséis recité por primera vez en público en la Semana Cultural de Padul. Y desde entonces, la poesía no me ha abandonado.

En 1982 me trasladé a Madrid y trabajé en la Caja Postal durante siete años, pasando por diversos departamentos y publicando mis poemas en revistas como Mundo Botonil, Caja Postal y más tarde en Relieve. Aquel tiempo fue de bohemia, creatividad, amistad y humor. Disfruté de grandes momentos con compañeros como Torralba, Faustino, Juan Carlos, Córdoba o Walter Seeman. La risa fue medicina diaria.

Viví en el Barrio del Pilar, donde colaboré en las revistas Eco Norte y Área Norte. En esta última, además de escribir, ayudaba con el diseño y la publicidad. Compartí letras y mesa con Carlos Junyent, Enrique Velasco, Baixeras, Kalikatres, Codesal, entre otros. Recuerdo los artículos que escribí por entonces, como “¿Por qué no construimos puentes?”, en los que ya se asomaba mi preocupación por el rumbo de la humanidad.

Estudié Artes Aplicadas, destacando en escultura y volumen, y alternaba mis tardes entre cafeterías, amigos y creación. Esa etapa fue clave para descubrir facetas nuevas de mí mismo.

En 1993, ya en Huelva, publiqué Viento de polvo y éter, mi primer libro de poemas, con prólogo de Juan Venegas Columé. Me integré en las tertulias culturales del bar 1900 junto a Uberto Stabile, Pilar Toscano, Bacedoni, Antonio de Padua Díaz, entre muchos otros. Allí compartíamos poesía, debates y presentaciones de libros. En 1995 publiqué Vida que ilumina amor, y colaboré con medios como Huelva Información y La Voz de Huelva. Con Bacedoni, además, lanzamos la sección “Diseño y poesía de Huelva”.

En 1999 me trasladé a Málaga y comencé una nueva etapa de crecimiento interior. Me formé como naturópata y quiromasajista, obteniendo el máster por Acena y la diplomatura por Aula. Conocí a Alberto Lorigados, antiguo compañero de la Caja Postal, reencontrándonos tras 19 años en un aula malagueña. Los caminos de la vida tienen esas sorpresas.

Mi amor por el Valle me llevó a ejercer de cronista desde 2002 para el Periódico El Valle de Lecrín. Narré actos, fiestas, recuerdos… desde la Fiesta de la Teja en Melegís, donde recité junto a mi padre y mi hermana, hasta la Fiesta de la Naranja, la Feria del Cítrico, o el programa “Mira la Vida” de Canal Sur. Como cronista, conté historias, entrevisté a vecinos y recogí la esencia de nuestra tierra.

Mi encuentro con Ian Gibson también fue significativo. Coincidimos en Melegís, en Huelva y en actos conmemorativos. Recuerdo sus peticiones sobre las luces y el nombre de su calle en Restábal, y su amor (y desencanto) por nuestro Valle. Tal vez nos volvamos a encontrar. Las amistades tienen ciclos.

Y así, entre versos, caminos, oficios, amigos, artículos, conferencias, risas y silencios… he ido dejando un rastro en este mundo, sembrado de palabras y de vida.

Porque he creído siempre en el poder del amor, de la amistad verdadera y en la belleza que habita aún en este mundo a veces quebrado.

¡¡¡Brindemos por la amistad y por la vida!!!
Porque la vida no es corta ni larga.
La vida… es vida.
Y nada más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario