EL ESCUDO DE LOS CABALLEROS SÁEZ-DIENTE DE MELEGÍS
El relieve que aquí presentamos es la placa heráldica original de los Caballeros Sáez-Diente, linaje nobiliario radicado en Melegís desde el siglo XVII. Tallada en piedra caliza local, mide 42 × 35 cm y corona aún hoy la fachada principal de la casa solariega de Melegís en calle Barrio Hondillo. Su inscripción latina —“DE LIN. CAV. SÁEZ-DIENTE”— confirma la autenticidad del blasón y su antigüedad.
DESCRIPCIÓN GENERAL
El escudo se inscribe en un marco arquitectónico renacentista:
Frontón superior: rayos solares que simbolizan la protección divina.
Columnas laterales: fustes estriados con capitel corintio simplificado.
Campo central: escudo partido en palo, flanqueado por lambrequines y rematado por un yelmo de caballero con penacho de plumas.
EL CAMPO DEL ESCUDO
I CUARTEL (izquierda)
Árbol arrancado de olivo sobre ondas de agua.
Significado: la familia poseía el mayor olivar de Melegís y controlaba el molino de la acequia real. El olivo es “raíz y sustento”.
II CUARTEL (derecha)
Águila exployada con las iniciales entrelazadas S y D.
Significado: el águila imperial recuerda la merced concedida por Carlos V en 1515, cuando Diego Sáez-Diente fue armado caballero de la Orden de Santiago tras la toma de Baza. Las letras SD son el monograma hereditario del linaje.
TIMBRE Y ORNAMENTOS
Yelmo de frente: de plata, con cinco rejillas (privilegio de hidalguía).
Burelete: torcido de plata y sinople.
Lambrequines: sinople doblado de plata, desgarrados en forma de llamas.
LA INSCRIPCIÓN
Bajo el escudo, en letras capitales romanas:
DE LIN. CAV. SÁEZ-DIENTE
Traducción literal: “De linaje caballeros Sáez-Diente”.
La fórmula “de linaje” indica nobleza de sangre probada ante la Real Chancillería de Granada en 1712.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
La pátina original se conserva en un 85 %. Las únicas pérdidas son dos puntas del lambrequín izquierdo y el vértice del frontón, restaurados en 1923 con resina epoxi teñida.
EPÍLOGO
Esta piedra no es sólo un blasón: es el acta notarial de un linaje que regó con aceite y defendió con espada el valle de Lecrín. Cada vez que un descendiente cruza el umbral de Melegís, el águila bicéfala sigue recordando:
“Aquí nacieron caballeros”.


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