Historia de Melegís (Granada): Desde sus orígenes hasta la actualidad
Melegís, una encantadora localidad situada en el municipio de El Valle, en la comarca del Valle de Lecrín, provincia de Granada, Andalucía, es un lugar donde la historia, la cultura y la naturaleza se entrelazan para ofrecer un testimonio vivo del pasado y presente de la región. Con una ubicación estratégica entre la vertiente occidental de Sierra Nevada y el embalse de Béznar, Melegís ha sido testigo de siglos de transformaciones, desde su pasado musulmán hasta su integración en la moderna comunidad andaluza. Este artículo recorre la rica historia de Melegís, desde sus orígenes hasta la actualidad, destacando sus hitos históricos, monumentos, tradiciones y su evolución demográfica y cultural.
Orígenes y período prerromano
Aunque los datos sobre los orígenes de Melegís son limitados, la comarca del Valle de Lecrín, donde se encuentra, cuenta con una larga historia de ocupación humana. Los restos arqueológicos sugieren la presencia de asentamientos íberos en la región desde el siglo VII a.C., probablemente en forma de oppida (asentamientos fortificados). La estratégica posición de Melegís, en la zona baja del valle, rodeada de fértiles tierras regadas por ríos y acequias, habría sido un lugar atractivo para estas comunidades. La influencia cartaginesa y romana también dejó su huella en la comarca, aunque no hay evidencia directa de un asentamiento importante en Melegís durante este período. La cercanía a Ilíberis (actual Granada) y Medina Elvira, centros relevantes en la Antigüedad, sugiere que Melegís pudo haber sido una alquería o núcleo secundario en esta red de poblaciones.
Época musulmana: Melegís bajo el dominio nazarí
La historia documentada de Melegís comienza a tomar forma durante la ocupación musulmana de la Península Ibérica, a partir del siglo VIII. Durante este período, la comarca del Valle de Lecrín formaba parte de la cora de Elvira, una división administrativa de Al-Ándalus. Melegís, entonces conocido como "Melexís", se benefició de un avanzado sistema agrario basado en acequias y bancales, herencia de la ingeniería hidráulica romana y perfeccionada por los musulmanes. La Acequia de los Arcos, cuyo trazado algunos autores datan de época romana pero que se consolidó en tiempos nazaríes, es un ejemplo de esta sofisticada infraestructura que aún hoy define el paisaje de la zona.
En el siglo XV, Melegís alcanzó un momento de relevancia histórica al convertirse, durante un breve período, en la residencia de la Corte Nazarí, lo que la situó temporalmente como la capital del Reino de Granada. Este episodio tuvo lugar durante las luchas internas entre las dinastías Ibn Al-Ahmar y Abencerrajes, cuando la inestabilidad en la capital granadina llevó a los reyes nazaríes a refugiarse en Melegís. Este hecho subraya la importancia estratégica del Valle de Lecrín como un corredor natural entre Granada, la Alpujarra y la Costa Tropical. La presencia de la corte dejó un legado cultural y arquitectónico, aunque muchas de las estructuras de esta época han desaparecido con el tiempo.
Reconquista y repoblación cristiana
La conquista cristiana del Reino de Granada marcó un punto de inflexión en la historia de Melegís. En 1491, las tropas cristianas, lideradas por el Marqués de Villena, tomaron el control del Valle de Lecrín, incluyendo Melegís, tras la destrucción del castillo de Restábal y el saqueo de varias poblaciones cercanas. Tras la rendición de Boabdil en 1492, Melegís pasó a formar parte de la Corona de Castilla.
La población morisca, que constituía la mayoría en la zona, permaneció inicialmente, pero las tensiones culturales y religiosas culminaron en la Sublevación de los Moriscos de 1568-1571. Durante este conflicto, Melegís, junto con Restábal y Saleres, se alzó contra las estrictas medidas impuestas por Felipe II. Las iglesias de los tres pueblos fueron quemadas, y muchos cristianos viejos que se habían atrincherado en ellas perecieron. En 1570, tras la derrota de los moriscos, se llevó a cabo su expulsión definitiva, lo que provocó una drástica reducción de la población. Melegís fue repoblada en los siglos XVI y XVII con colonos cristianos procedentes principalmente de Galicia, Castilla y Extremadura.
Durante este período de repoblación, se construyó uno de los monumentos más emblemáticos de Melegís: la Iglesia de San Juan Evangelista. Erigida entre 1562 y 1567 bajo la dirección del albañil Bartolomé Villegas, esta iglesia, declarada Monumento Nacional, es un destacado ejemplo de arquitectura mudéjar y renacentista. A pesar de un incendio en 1568 que destruyó su artesonado, fue reconstruida en 1599 y enriquecida en el siglo XVIII con un retablo barroco. La iglesia alberga valiosas obras de arte, como una Inmaculada de la escuela de Alonso Cano y un Cristo crucificado de origen peruano. Frente a su entrada principal se encuentra un olmo quincentenario, plantado según la tradición en 1567, que ha sobrevivido a incendios, terremotos y enfermedades, convirtiéndose en un símbolo de la resiliencia de Melegís.
Siglos XVII y XVIII: Consolidación y nobleza
En los siglos XVII y XVIII, Melegís se consolidó como un "lugar" (denominación intermedia entre aldea y villa) dedicado principalmente a la agricultura. La fertilidad de sus tierras, irrigadas por acequias como la de los Arcos, permitió el cultivo de cítricos, olivos, viñas y otros productos cereales. La localidad contó con tres molinos de aceite y uno harinero, reflejando su importancia económica en la comarca. En el siglo XVIII, familias nobiliarias de Granada comenzaron a establecerse en Melegís, construyendo casas señoriales adornadas con escudos de armas, como los de los Pineda, Sáenz-Diente y Miras y Calafor, que aún se conservan.
El siglo XVIII también vio la construcción de otros lugares de interés, como el lavadero público, un ejemplo de arquitectura popular granadina que sirvió como centro social para las mujeres del pueblo hasta la instalación de agua potable en 1974. Este lavadero, alimentado por la acequia de los Arcos, está decorado con platos tradicionales y es un testimonio del patrimonio etnológico de Melegís. Además, la localidad cuenta con una fuente termal conocida como El Baño, cuyas aguas se dice que curan afecciones de la piel, y que sigue siendo un atractivo turístico.
Siglo XIX: Desafíos y modernización
El siglo XIX trajo consigo retos significativos para Melegís. En 1884, un devastador terremoto con epicentro en Alhama afectó a la comarca, y en 1885 una epidemia de cólera causó 31 fallecimientos en Melegís, Restábal y Saleres. A pesar de estas tragedias, la localidad experimentó avances en infraestructura. Entre 1906 y 1910 se construyeron carreteras y puentes, como los de los Hijones y el río Melegís, mejorando la conectividad con el resto del Valle. En 1908, se inauguró la Central Eléctrica de San Antonio, conocida como la "Fábrica de la Luz", que abasteció de electricidad a los pueblos del Valle bajo hasta que quedó sumergida por el embalse de Béznar.
En términos demográficos, a mediados del siglo XIX, Melegís tenía 415 habitantes dedicados principalmente a la producción de aceite, vino, trigo, cebada, maíz, habas y cítricos. La localidad mantuvo su carácter agrícola, con los naranjos y limoneros convirtiéndose en los cultivos predominantes gracias al microclima especial del Valle de Lecrín.
Siglo XX: Guerra Civil y fusión municipal
La Guerra Civil Española (1936-1939) dejó una marca dolorosa en Melegís. En febrero de 1937, 18 milicianos republicanos, huidos de Málaga tras su caída en manos franquistas, fueron capturados, fusilados y enterrados en una fosa común en una finca privada de Melegís. En 2009, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) exhumó los restos, en un esfuerzo por devolver dignidad a las víctimas y preservar la memoria histórica del pueblo.
En 1972, Melegís perdió su estatus de municipio independiente al fusionarse con Restábal y Saleres para formar el municipio de El Valle, con sede en Restábal. Esta unión administrativa reflejó la necesidad de optimizar recursos en una región de pequeños núcleos rurales, aunque Melegís mantuvo su identidad cultural y patrimonial.
El siglo XX también trajo mejoras en la calidad de vida. La instalación de agua potable en 1974 puso fin al uso cotidiano del lavadero público, y la construcción del embalse de Béznar transformó el paisaje y la economía de la zona, aunque sumergió parte de su patrimonio hidráulico, como la Central Eléctrica de San Antonio.
Melegís en el siglo XXI: Turismo y tradiciones
En la actualidad, Melegís es una localidad vibrante con una población de aproximadamente 650 habitantes, según datos del INE de 2023, lo que refleja un ligero aumento respecto a los 397 habitantes registrados en 2022. La agricultura, especialmente el cultivo de cítricos, sigue siendo la base de su economía, pero el turismo ha ganado importancia gracias a la riqueza histórica, cultural y natural de la zona.
Melegís atrae a visitantes por su patrimonio, como la Iglesia de San Juan Evangelista, el olmo quincentenario, el lavadero público y las casas blasonadas. El nacimiento termal de El Baño, los senderos como la Ruta del Azahar y las vistas panorámicas desde la loma del Cementerio son otros atractivos destacados. La localidad también es conocida por su gastronomía, con platos típicos como el remojón de naranja y el puchero de hinojos, que reflejan la herencia andaluza y la abundancia de productos locales.
Las fiestas locales, como los Carnavales de Melegís y la Feria del Cítrico y Fiesta de la Naranja, celebrada antes de Semana Santa, son eventos consolidados que promueven la cultura y los productos agrícolas de la zona. Estas celebraciones, junto con la hospitalidad de sus habitantes, hacen de Melegís un lugar acogedor para los visitantes.
Desde 1991, Melegís cuenta con la presencia del reconocido hispanista irlandés Ian Gibson, cuya residencia en el municipio ha contribuido a visibilizar la localidad en el ámbito cultural. Además, la estructura urbanística de calles estrechas, patios y callejones sin salida, heredada de su pasado musulmán, sigue siendo un recordatorio de su rica historia.
Conclusión
Melegís es mucho más que un pequeño pueblo en el Valle de Lecrín. Es un crisol de culturas, desde sus raíces musulmanas hasta su presente como un enclave agrícola y turístico. Su historia, marcada por la presencia de la Corte Nazarí, la Reconquista, la repoblación cristiana y los desafíos del siglo XX, se refleja en sus monumentos, tradiciones y paisajes. El olmo quincentenario, testigo de siglos de historia, simboliza la resiliencia y el carácter de un pueblo que, a pesar de los cambios, ha sabido preservar su esencia. Hoy, Melegís invita a los visitantes a descubrir su pasado, disfrutar de su entorno natural y saborear la autenticidad de la vida rural andaluza, mientras mira hacia el futuro con optimismo.
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