El Sillero Ambulante: Un Oficio Perdido en el Valle de Lecrín 🌾✂️
En los años 70, el Valle de Lecrín, esa joya granadina entre la Sierra Nevada y la Costa Tropical, era escenario de una escena tan cotidiana como fascinante: el sillero ambulante. Este artesano nómada, con su haz de enea al hombro, recorría los pueblos como Restábal, Dúrcal o Padul, llenando las calles de un eco que aún resuena en la memoria: “¡El silleeeero, se arreglan sillas!” 🪑
La Preparación: Un Arte en Conexión con la Naturaleza 🌿
El trabajo del sillero comenzaba mucho antes de sentarse a trenzar. Desde mayo hasta finales del verano, estos artesanos recolectaban enea (o espadaña) en las orillas de los ríos del Valle, como el Guadalfeo. Con paciencia, cortaban las largas hojas de esta planta acuática y las extendían al sol durante unos 15 días hasta que adquirían un tono amarillo dorado, ideal para su uso. Antes de trabajarlas, las humedecían con agua para que fueran flexibles y no se quebraran al trenzarlas. Este proceso, sencillo pero meticuloso, era el preludio de un oficio que combinaba habilidad manual y respeto por los recursos naturales. 🌞💧
No solo las sillas se beneficiaban de la enea; los pastores del Valle la usaban para forrar botellas y garrafas, protegiéndolas de golpes y temperaturas extremas, un truco que compartían con el esparto. Y los niños, siempre curiosos, jugaban con las mazorcas cilíndricas de la enea, los “puros”, que a menudo acababan en jarrones como adornos rústicos… ¡hasta que la curiosidad los deshacía! 😄
El Trabajo: Un Espectáculo de Destreza 🛠️
El sillero llegaba a un rincón del pueblo, ya fuera a la sombra de las escuelas en verano o en un lugar soleado y resguardado en invierno. Con apenas una navaja, una espátula y sus manos expertas, transformaba sillas viejas en piezas renovadas. Sentado en el suelo, trenzaba la enea con una destreza que hipnotizaba a los niños al salir de clase. Cada tira se entrelazaba con precisión, y cuando una se acababa, el sillero la unía con otra de forma tan fluida que parecía magia. Al terminar, pasaba la espátula para alinear los cordones y cortaba los sobrantes, dejando un asiento firme y duradero, capaz de resistir décadas (¡si los gatos o perros no lo arañaban antes! 😸).
Este oficio no solo era funcional; era un arte. Los silleros creaban patrones variados, desde triángulos hasta rombos, dando a cada silla un toque único. Era un espectáculo costumbrista que reunía a vecinos y curiosos, un momento de comunidad en un Valle de Lecrín aún marcado por su pasado agrícola y su microclima privilegiado. 🌄
La Decadencia: Un Oficio en el Ocaso 😔
Sin embargo, a finales de los años 60 y 70, los cambios en los estilos de vida golpearon duro a este oficio. La llegada de muebles modernos, con tapizados sintéticos como el skay, relegó las sillas de enea al olvido. Muchas se desecharon o malvendieron, y con ellas se fue desvaneciendo la figura del sillero ambulante.
Hoy, este oficio es casi un recuerdo, reemplazado por la producción en masa y la falta de aprendices que continúen la tradición. Como cuenta Juan Bueno, un sillero de Extremadura en 2016, el temor a que este arte desaparezca es real, pues las nuevas generaciones no lo heredan.
En el Valle de Lecrín, la modernización y la emigración de los años 60 y 70 también transformaron la comarca. Aunque algunos emigrantes regresaron, los pueblos más pequeños, como Tablate, quedaron casi desiertos, y con ellos se perdieron tradiciones como la del sillero. Hoy, el Valle apuesta por el turismo rural para revitalizar su patrimonio, pero la voz del sillero ya no resuena en sus calles.
Un Legado que Merece Ser Recordado 🕰️
El sillero ambulante no era solo un artesano; era un símbolo de la vida sencilla y comunitaria del Valle de Lecrín. Su trabajo, un diálogo entre manos, naturaleza y comunidad, nos recuerda la belleza de lo hecho a mano. Aunque su presencia se haya desvanecido, su legado vive en la memoria de quienes, como aquellos niños, se paraban a mirar embobados su labor. 🧑🎨
¿Y tú, conociste a un sillero en tu pueblo?
¡Cuéntanos tu historia! 🗣️
#ValleDeLecrín #SilleroAmbulante #Artesanía #Tradiciones #Granada #MemoriaViva #OficiosOlvidados 🪑🌾
No hay comentarios:
Publicar un comentario