Los Recuerdos de Melegís: Un Viaje al Corazón del Valle de Lecrín 🏡🌳
¡Hola, amigos! Soy Miguel Ángel, y hoy quiero compartir con vosotros un pedacito de mi alma, recuerdos de antes, sacados del pregón de las Fiestas de San Antonio 2016 que dio mi amigo Jesús Vallejo Molino.
Sus palabras, llenas de nostalgia y amor por nuestro querido Melegís, me han llevado a revivir aquellos tiempos que marcaron nuestra infancia y juventud en este rincón mágico del Valle de Lecrín. 🥰
Vamos a sumergirnos en los recuerdos de un Melegís lleno de vida, bullicio y tradiciones que aún resuenan en nuestros corazones. 🌄
Melegís, ese pueblo pequeño en extensión pero inmenso en emociones, con sus atardeceres dorados, noches estrelladas de verano y cálidas veladas de invierno. 🌌
Jesús lo describe como: un lugar donde el aire es puro, las calles desprenden luz y el silencio de la noche solo se rompe por el canto del búho que, año tras año, se refugia en el olmo centenario que preside la puerta de la iglesia. 🌳
Ese árbol majestuoso ha sido testigo de nuestras historias, leyendas y del trasiego constante de los vecinos que han dado vida a este pueblo.
**Un Melegís lleno de vida y bullicio**
En los años 60, Melegís era un hervidero de actividad. Las casas estaban llenas, con 4 o 5 niños de media por familia, y las calles vibraban con el bullicio de los pequeños jugando sin parar.
¿Quién no recuerda esas tardes de risas y travesuras?
Nos divertíamos con juegos como el hoyuelo, el quemao, el churro pico terna, la lima, la comba, los pistoleros, el piya piya o el escondite.
🏃♂️ Las mujeres recorrían el pueblo comprando pan, leche o pescado, mientras los hombres iban y venían con sus bestias cargadas hacia la vega. 🚜
Por esas fechas, la llegada de los gitanos con sus caravanas, bestias y canastos era todo un espectáculo. Se asentaban a la orilla del río, bajo la sombra de mimbres y chopos, y por las noches sus guitarras, tambores y cantes quejumbrosos llenaban el aire, acompañados por las chispas de sus hogueras bajo un cielo estrellado. 🎶🔥
¡Qué pincelada de color le daban al pueblo!
**Bares y guateques: el alma de la fiesta**
Melegís tenía su propia banda sonora. Los bares eran el corazón social del pueblo: el Bar del Estanquero (o “la pista”), el Bar de Pompo con sus orquestas en directo, la Taberna de Pepillo Tito, el Bar de El Blanco, el de Marcelo o el de Joaquín. 🍷
En ellos se servía vino, gaseosa, cacahuetes y, con suerte, aceitunas.
Más tarde llegaron la Coca-Cola, las Fantas, las Mirindas y los novedosos cubalibres, que se convirtieron en la bebida estrella de los jóvenes. 🥤
Y cómo olvidar los guateques en la cochera, con el tocadiscos portátil poniendo música yeyé. Los más pequeños, como Jesús y yo, solo podíamos mirar desde fuera (¡o saltar una tapia para espiar!). 🎸 Pero ahí nació nuestra pasión por la música, que marcó la vida de muchos de nosotros.
La escuela y el campo: esfuerzo y diversión
Ir a la escuela en Restábal era toda una aventura. No había transporte escolar, así que caminábamos cada día, encendiendo lumbres bajo el puente de Melegís en las frías mañanas de invierno para calentarnos. 🔥 A la vuelta, nos dábamos un festín con los membrillos, naranjas, caquis o melocotones que encontrábamos por el camino. 🍊🍑
Por las tardes, sin clases, nos íbamos al campo con las cabras, mulos, burras y ovejas. Era un trabajo duro, pero también una excusa para estar todos juntos, disfrutando de la libertad del campo.
El campo no era solo trabajo. Coger naranjas, limones o mandarinas era un placer. El olor a cítrico y azahar nos llenaba de energía, y nos mantenía fuertes y ágiles. 💪
Aunque hoy el campo sea más un lugar de recreo que un medio de vida, sigue siendo un tesoro de Melegís, con sus naranjos, limoneros, olivos, almendros, perales, manzanos, caquis y ciruelos. 🌿
**Personajes que dejaron huella**
Jesús también recuerda a personas que marcaron nuestra historia. Su abuelo José el Bomba, un hombre trabajador, honrado y optimista, bebedor de un solo trago y de palabra.
Su abuela María la Barbera, pura bondad y dulzura, un ejemplo de fortaleza. Y Trinidad la Chota, la “Chacha Trinidad”, una mujer luchadora y generosa que regentaba una tienda donde se vendía de todo: desde chocolate Elgorriaga hasta sellos para Suiza.
🏪 Sus padres, Jesús y Mercedes, le inculcaron curiosidad y superación, valores que han pasado de generación en generación.
**Las fiestas de San Antonio: el alma del pueblo**
Las fiestas de San Antonio eran el momento más esperado del año. Antes no había orquestas, solo la música del Padul con sus pasodobles e himnos. Más tarde llegaron los conjuntos, la elección de la reina de fiestas y los juegos. 🥁 Era la excusa perfecta para estrenar ropa, gastar en los columpios o echarle el ojo a alguien especial. 😊
Hoy, las fiestas siguen siendo un reflejo de nuestra identidad, gracias al esfuerzo de los mayordomos y de todos los que mantienen viva la tradición.
**Un legado que cuidar**
Melegís, cuyo nombre árabe significa “entre cerros” o “jardín de flores”, es un vergel que debemos preservar. 🌸
Jesús nos anima a cuidar este legado: sus campos, ríos, acequias y caminos. Somos privilegiados por vivir en un lugar donde el rumor del río Margen y del río Torrente nos arrulla, donde la brisa refresca y los frutos deleitan. Es un lujo al alcance de pocos, y por eso debemos sentirnos orgullosos de ser sus guardianes.
Un orgullo que llevamos en el corazón
Como Jesús, yo también llevo a Melegís en el corazón. Somos embajadores de este pueblo, contando sus virtudes y mostrando su belleza al mundo. 📸
Melegís no es solo un lugar, es un sentimiento, un hogar que nos abraza con sus paisajes y sus recuerdos.
🎉🙌
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😊
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