12 mayo 2025

La Trilla en el Valle de Lecrín

Foto de Soy de Padul 

La Trilla en el Valle de Lecrín en los Años 50: Un Legado de Esfuerzo y Comunidad 🌾


En el Valle de Lecrín, Granada, los años 50 estaban marcados por el aroma a cereal maduro y el trabajo arduo de la trilla, un proceso esencial para separar el grano de la paja tras la cosecha.

 Esta labor, profundamente arraigada en la vida rural, se llevaba a cabo en pueblos como Nigüelas, Dúrcal, Padul, Albuñuelas, y otros de esta comarca conocida como el “Valle de la Alegría”, prácticamente se realizaba en todos, lo que pasa es que en los pueblos pequeños se llevaba a cabo en menor medida. 


A continuación, exploramos los pasos de la siega, la barcina, la trilla, el abliento y el almacenamiento de la paja, destacando cómo se vivía en Nigüelas y las posibles diferencias con otros pueblos del valle. 🏞️


1. La Siega: El Inicio de la Cosecha 🌾


La siega, que comenzaba en julio tras la Virgen del Carmen, era el primer paso. En Nigüelas, los cereales como trigo, cebada o avena se cortaban manualmente con hoces, agrupándose en gavillas. Este trabajo, descrito como agotador, requería la colaboración de toda la comunidad. En pueblos como Dúrcal o Padul, la siega también era manual, aunque en algunos casos, según fuentes, a principios de los 50 se empezaban a ver las primeras segadoras mecánicas en áreas más accesibles, marcando una leve diferencia con el trabajo completamente artesanal de Nigüelas.


2. La Barcina: Transportando la Cosecha 🦡


Tras la siega, las gavillas se transportaban a la era en la barcina, un proceso que en Nigüelas se hacía con mulos. Las mieses, ligeras pero voluminosas, exigían equilibrio al cargarlas. Daniel Pérez Jiménez describe cómo las gavillas se descargaban en la era para formar la “parva”, un círculo de cereal listo para la trilla. En Albuñuelas, un pueblo con un extenso término municipal, la barcina podía ser más compleja debido a los terrenos montañosos, lo que hacía que las eras estuvieran más dispersas que en Nigüelas, donde estaban más cerca del pueblo.


3. La Trilla: Separando el Grano 🌬️


La trilla era el corazón del proceso. En Nigüelas, los mulos pisoteaban la parva para aplastarla, y luego se usaba un trillo, un apero de madera con piedras de sílex, para triturar la paja y liberar el grano. Este método, de origen romano, era común en todo el Valle de Lecrín. Sin embargo, en Padul, con una economía ligeramente más diversificada, algunas familias con mayores recursos podrían haber incorporado trillos más elaborados o incluso maquinaria temprana, aunque la trilla manual seguía siendo predominante. La comunidad trabajaba en equipo, y en Nigüelas, como cuenta Daniel, la trilla era una tarea que unía a vecinos bajo el sol abrasador.


4. El Abliento: La Danza del Viento 🍃


El abliento, descrito con detalle por Daniel Pérez, era una tarea tediosa que dependía de la “marea”, una brisa suave que soplaba a media mañana. En Nigüelas, se usaban herramientas como la horca (4-5 dientes), el biergo (6-7 dientes) y la pala, adaptándose a la cantidad de paja y grano. El viento separaba la paja ligera del grano pesado, pero si el aire era demasiado fuerte o se detenía, el trabajo se paralizaba. En la sierra, algunas noches se aprovechaba un viento suave para ablentar, un testimonio de la dedicación de los agricultores. En Dúrcal, con su ubicación junto al río, la humedad podía complicar el abliento, haciendo que los agricultores prefirieran eras más elevadas. Para eliminar impurezas como piedras o raíces, se usaban escobas de rama y cribas, un proceso similar en todo el valle.


5. Encerrar la Paja en el Pajar: El Trabajo Más Duro 🏠


El almacenamiento de la paja en el pajar era, según Daniel, el trabajo más ingrato. En Nigüelas, se usaban herpiles (sacos de esparto) para transportar la paja, que se llenaban a mano y se apelmazaban con los pies. Las raspas de la paja, con sus bordes serrados, causaban rozaduras, y el polvo se adhería a la garganta. Los pajares, ubicados en plantas altas para evitar la humedad, eran espacios sofocantes. Daniel relata la dificultad de subir herpiles por escaleras empinadas, un esfuerzo que se repetía hasta llenar el pajar. En Albuñuelas, donde el esparto era una actividad económica importante, los herpiles podían ser de mejor calidad, pero el proceso era igual de arduo. En Padul, la mayor población podría haber facilitado un trabajo más colectivo, con más manos disponibles.


Diferencias y Singularidades en el Valle de Lecrín


Aunque la trilla seguía un patrón similar en el Valle de Lecrín, las diferencias entre pueblos estaban marcadas por la geografía y los recursos. Nigüelas, el pueblo más alto, tenía eras cercanas y un fuerte sentido comunitario. Dúrcal, con su río y mayor población, podía enfrentar retos con la humedad. Albuñuelas, más aislada, dependía de terrenos dispersos, lo que alargaba la barcina. Padul, más poblado, podría haber adoptado innovaciones mecánicas antes, aunque la mayoría seguía métodos tradicionales. En todos, la trilla era una tarea colectiva, un reflejo de la vida rural donde el esfuerzo compartido era clave.


Un Legado que Perdura

La trilla en el Valle de Lecrín en los años 50 no era solo un trabajo agrícola, sino una forma de vida que unía a las comunidades de Nigüelas, Dúrcal, Padul, Albuñuelas y otros pueblos. Hoy, estas historias, como la de Daniel Pérez Jiménez, nos recuerdan la resiliencia y el esfuerzo de nuestros antepasados. 🌄


¿Conoces alguna anécdota sobre la trilla en el Valle de Lecrín? ¡Compártela con nosotros! 💬


Foto de: Soy de Padul 




Fuentes: Testimonio de Daniel Pérez Jiménez y referencias web sobre la trilla y el Valle de Lecrín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario