27 abril 2025

Ibn Yaafar (1269-1349)


 Ibn Yaafar al-Qunyi: El Sabio Asceta del Valle de Lecrín 


En el corazón del Reino Nazarí, el Valle de Lecrín fue cuna de grandes sabios durante el siglo XIII, y entre ellos destacó Abú Abd Allah Muhammad ibn Ahmad ibn Yaafar, conocido al final de su vida como al-Qunyi, "el de Cónchar". Este místico y erudito dejó una huella imborrable en la historia de al-Andalus, combinando espiritualidad, saber y una vida dedicada a la búsqueda de la verdad. 


Nacido en 1269-70 en la alquería de al-Yit (El Chite), Ibn Yaafar se formó en la vibrante Granada, donde estudió con los maestros más destacados de su tiempo. Su inquietud espiritual lo llevó a emprender el sagrado viaje de peregrinación a La Meca, un hito que marcó su vida. En Oriente, se sumergió en el mundo del misticismo, entablando relación con figuras de la talla de Ibn `Ata' Allah de Alejandría y Abú Bakr Ibn Muhammad al-Rundi, grandes referentes del sufismo chádili. 


Tras años de aprendizaje y experiencias en tierras lejanas, donde incluso trabajó cuidando huertos, Ibn Yaafar regresó al Valle de Lecrín. Se asentó en Cónchar, donde ejerció como predicador y se ganó el cariño de la comunidad por su piedad y sabiduría. En este pequeño rincón del reino nazarí, escribió su obra más conocida: "Al-Anwár fi l-mujáabát wa-l-asrár", traducido como El libro de las luces.  Este texto, del que solo conocemos referencias a través de crónicas como la de Ibn al-Jatíb, es considerado posiblemente el libro más antiguo del Valle de Lecrín. En él, Ibn Yaafar recopiló cartas dirigidas a maestros sufíes y doctrinas del chádilismo, explorando los misterios de la fe y la espiritualidad.

Su vida, marcada por el ascetismo en un reino envuelto en luchas internas y amenazas externas, refleja el espíritu de una época donde el misticismo ofrecía refugio y sentido. Lamentablemente, la peste negra de 1349 segó su vida en Cónchar, donde fue enterrado el 2 de noviembre de ese año. Sin embargo, su legado perduró, siendo reconocido por figuras como el sabio almeriense Abú l-Barakát al-Balafiqi y el célebre visir Ibn al-Jatíb, quien incluyó su biografía en su monumental "Al-Ihata". 


Ibn Yaafar al-Qunyi no solo fue un hombre de fe, sino un puente entre culturas y saberes, un faro de luz en el Valle de Lecrín que aún hoy inspira. 


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Fuentes: Información basada en datos históricos de la web adurcal.com y la Fundación Ibn Tufayl.

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