02 mayo 2025

El esparto


 El esparto: Un legado vivo en el Valle de Lecrín 


En el corazón de Granada, el Valle de Lecrín, conocido como el "Valle de la Felicidad", guarda una tradición milenaria que ha tejido la historia de sus gentes: el arte del esparto. Esta fibra natural, humilde pero resistente, ha sido mucho más que un material; ha sido un modo de vida, una expresión cultural y un pilar económico en la comarca. 


Orígenes ancestrales


El uso del esparto en el Valle de Lecrín se remonta a tiempos prehistóricos, pero fue durante la época musulmana (siglo VIII-XVI) cuando su trabajo se consolidó. Los árabes perfeccionaron técnicas de recolección y trenzado, utilizando el esparto para crear desde cuerdas y cestas hasta esteras y calzado. 


En lugares como Cónchar, el esparto no era solo un oficio, ¡era una forma de unir a la comunidad! Niños y mayores colaboraban en las largas noches de "velar", trenzando pleitas que incluso servían como moneda de cambio hasta los años 80. 


Un oficio que marcó la vida cotidiana


En el siglo XVIII, en municipios como El Padul, la fabricación de pleitas de esparto era una actividad clave. En Cónchar, la Fábrica de Esparto de los años 30 producía cordeles que sostenían la economía local. Artesanas como María Castillo, de Dúrcal, han mantenido viva esta tradición, creando desde capachas hasta cortinas con un saber transmitido de generación en generación.  En Albuñuelas, aún hoy se trenzan cestas que decoran balcones llenos de flores, uniendo pasado y presente.


El esparto en el siglo XX y hoy


Aunque la industrialización redujo su uso, el esparto nunca desapareció del Valle. En Dúrcal, el Museo del Esparto preserva herramientas y técnicas ancestrales, mientras que ferias como la I Feria del Arte-Artesanía de 2010 en Dúrcal han mostrado su valor cultural. Actualmente, el esparto vive un renacer gracias al interés por lo artesanal y sostenible, con talleres que enseñan a nuevas generaciones este arte único. 


Un símbolo de identidad


El esparto no es solo un material; es la memoria del Valle de Lecrín. Cada trenzado cuenta historias de esfuerzo, creatividad y conexión con la tierra. La próxima vez que pasees por Dúrcal, Cónchar o Albuñuelas, fíjate en esos objetos de esparto: son mucho más que artesanía, ¡son el alma de una comarca! 


 Visita el Valle de Lecrín y descubre su legado artesanal. ¡Déjate enredar por el esparto!


No hay comentarios:

Publicar un comentario