02 mayo 2025

La arrieria en el Valle de Lecrín


 La Arriería en el Valle de Lecrín: Un Viaje al Pasado 


En el corazón de Granada, entre la imponente Sierra Nevada y la Costa Tropical, el Valle de Lecrín atesora historias de un pasado lleno de vida. Una de las más cautivadoras es la de la arriería, una práctica tradicional que marcó la economía y la cultura de la comarca hasta bien entrado el siglo XX. 


Los arrieros, figuras esenciales de esta actividad, eran hombres curtidos por el sol y el trabajo, conocidos por su habilidad para guiar recuas de hasta 30 caballerías —burros y mulos— cargadas de mercancías. Vestidos con ropas sencillas y resistentes, a menudo con sombreros de ala ancha para protegerse del sol, estos trabajadores recorrían los caminos reales del Valle de Lecrín con una destreza que solo da la experiencia. Su vida era dura: partían al amanecer, enfrentándose a senderos empinados, cambios de clima y largas jornadas, mientras cuidaban de sus animales, su herramienta más preciada. 


Estos arrieros transportaban productos esenciales entre los pueblos del Valle, la Costa y la ciudad de Granada. Llevaban aceite y vino de Pinos del Valle, jabón, carbón y patatas de siembra de Nigüelas y Dúrcal, o paja de El Padul para alimentar al ganado. No solo cargaban bienes, sino que también eran el hilo que conectaba comunidades, llevando noticias, historias y tradiciones de un lugar a otro. Su labor era un arte: sabían cómo equilibrar las cargas, cómo mantener a los animales en buen estado y cómo negociar en los mercados para no volver de vacío. 

El Valle de Lecrín, un paso estratégico entre la costa y el interior, se convirtió en un eje vital para el transporte gracias a ellos. Sin embargo, con la llegada de infraestructuras modernas como la carretera Granada-Motril y el tranvía eléctrico Granada-Dúrcal en el siglo XX, la arriería comenzó a desaparecer, dejando atrás una era de conexión humana y animal que hoy recordamos con nostalgia. 


El legado de los arrieros perdura en los paisajes del Valle, en sus caminos históricos y en las historias que aún cuentan los mayores. Recordarlos es honrar a aquellos hombres que, con su esfuerzo y conocimiento, dieron vida a la economía tradicional de esta tierra. 


¿Te gustaría recorrer esos mismos senderos y sentir la historia bajo tus pies? 

El Valle de Lecrín te espera con sus pueblos llenos de encanto, sus naranjos y su rica herencia cultural. 


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