🚂 Las diligencias y galeras en el Valle de Lecrín: un viaje al pasado (1814-1870) 🐎
Embárcate en un viaje por la historia de las diligencias y galeras que, desde 1814, fueron el corazón del transporte en el Valle de Lecrín, conectando sus pueblos con Granada y la Costa Tropical. Estos carruajes, tirados por mulas y caballos, marcaron una era de movilidad, comercio y encuentros en esta comarca granadina. 🌄
La época dorada de diligencias y galeras
Entre 1814 y 1860, durante los reinados de Fernando VII e Isabel II, las diligencias y galeras eran el principal medio de transporte en el Valle de Lecrín. Las diligencias, más rápidas y confortables, recorrían las rutas principales, mientras que las galeras, más rudimentarias y lentas, se usaban en caminos secundarios, llevando pasajeros y mercancías a localidades como Dúrcal, Padul, Nigüelas, Albuñuelas, Melegís, Restábal o Béznar. 🛤️
Las galeras, descritas por el viajero Richard Ford como “máquinas de tortura” por su incomodidad, adoptaron el sistema de “aceleración” (cambio de caballerías en paradas), lo que les permitió coexistir con las diligencias por su menor coste. En 1842, el Manual de Diligencias menciona el uso de galeras aceleradas en varias rutas de España, una práctica que también se aplicaba en el Valle.
Rutas y caminos del Valle
Las diligencias y galeras transitaban por los Caminos Reales y carreteras incipientes del Valle de Lecrín, que conectaban Granada con la costa y la Alpujarra. Entre las rutas más destacadas estaban:
Camino Real Granada-Motril:
Esta era la arteria principal, que pasaba por Padul, Dúrcal, Béznar y el puente de Tablate. Hasta la década de 1860, esta carretera llegaba solo hasta Béznar, ya que el tramo hacia Motril estaba en construcción. Las diligencias usaban este camino para conectar con la Costa Tropical.
Cañada Real de Granada a Almuñécar (Carretera de la Cabra):
Un camino de herradura que también servía como vía pecuaria, utilizada por galeras para trayectos secundarios hacia la costa.
Camino Padul-Albuñuelas:
Conectaba estos dos municipios, atravesando el Valle en línea recta para facilitar el transporte a pie o en caballería.
Camino de Cozvíjar-Padul:
Pasaba por la Laguna del Padul hasta el Aguadero, usado por galeras para unir pequeños núcleos.
Camino Real de Tablate-Albuñol:
En construcción durante la década de 1850, esta ruta secundaria complementaba la conexión con la Alpujarra.
Estos caminos, muchos de ellos de tierra o herradura, estaban adaptados al tráfico de carruajes, aunque presentaban desafíos como pasos difíciles y puentes de madera, según la Memoria de la Dirección General de Obras Públicas de 1856. La construcción de la carretera Granada-Motril, iniciada en la década de 1850 y finalizada en 1862, mejoró significativamente estas rutas, especialmente con obras como el puente de Tablate.
El declive de diligencias y galeras
El declive de las diligencias y galeras en el Valle de Lecrín comenzó en la década de 1860, no por la llegada del ferrocarril (que no tuvo presencia directa en el Valle durante este período), sino por la modernización de las carreteras y la aparición de nuevos medios de transporte. La finalización de la carretera Granada-Motril en 1862 permitió el uso de carruajes más modernos y eficientes, reduciendo la dependencia de las galeras, que quedaron relegadas a caminos secundarios. Las diligencias, que dominaron las rutas principales desde 1816, perdieron protagonismo en la década de 1870, cuando el transporte por carretera se diversificó con vehículos más ligeros y rápidos, como coches de colleras.
Aunque el ferrocarril no llegó al Valle en el siglo XIX, los proyectos de líneas como el ferrocarril eléctrico Granada-Motril, propuestos en 1909 y 1911, reflejaban un cambio hacia infraestructuras más modernas que eventualmente reemplazarían los carruajes. Además, el correo, que antes se transportaba a caballo o en diligencia desde estafetas como las de Padul y Béznar, comenzó a organizarse de manera más eficiente con la mejora de las carreteras.
Un legado que perdura
A pesar de su declive, las diligencias y galeras dejaron una huella imborrable en el Valle de Lecrín. Los Caminos Reales, como el de Granada-Motril, siguen siendo parte del paisaje histórico, y algunos tramos se utilizan hoy en rutas turísticas.
Actualmente, el Valle revive esta herencia con actividades como paseos en carruaje para eventos en pueblos como Melegís o Cónchar, evocando la nostalgia de aquellos viajes. 🐴
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