02 mayo 2025

Los Maquis en Albuñuelas y el Valle de Lecrín


 Los Maquis en Albuñuelas y el Valle de Lecrín: Historias de Resistencia y Supervivencia


En el corazón del Valle de Lecrín, Albuñuelas fue testigo de un capítulo intenso y doloroso de la historia de España: el movimiento de los maquis, guerrilleros antifranquistas que lucharon contra el régimen de Franco tras la Guerra Civil. Este movimiento, que tuvo su apogeo entre 1945 y 1947, pero se prolongó hasta finales de los 50 o principios de los 60, fue una mezcla de lucha ideológica, resistencia desesperada y supervivencia. Algunos maquis defendían sus ideales republicanos, otros buscaban escapar de la represión, y muchos, atrapados por las circunstancias, simplemente lucharon por seguir vivos.

En las sierras de Albuñuelas operaron agrupaciones como “Los Clares”, “Tejero” y “El Sevilla”, a las que se unieron vecinos del pueblo, hombres que, empujados por la persecución y la intransigencia de la época, tomaron el camino del monte. Hoy recordamos a dos de ellos, cuyos nombres resuenan en las historias contadas por nuestros mayores, como símbolos de una resistencia marcada por la tragedia.


José Díaz Durán (“Moreno”, “Moisés”)


Nacido en Albuñuelas en 1907, José era barbero, hijo de Joaquín y Natividad. Durante la Guerra Civil, sirvió como sargento en el bando republicano. Tras la derrota, fue encerrado en la plaza de toros de Valencia, donde pasó años en condiciones durísimas. Liberado, regresó a su pueblo, pero la vigilancia y las detenciones continuas lo asfixiaron. En 1944, hastiado, se unió a la agrupación “Tejero” y más tarde a la Agrupación Guerrillera Granada, donde alcanzó el rango de comandante de la 1ª compañía del 7º batallón. Operó en zonas como Cázulas, Jayena y los límites entre Granada, Almería y Málaga. Conocido por su generosidad, nunca hizo daño a los vecinos; al contrario, compartía lo que tenía con carboneros y leñadores que encontraba en la sierra. Trágicamente, murió en 1950 en un enfrentamiento con la Guardia Civil en el Laceral, en Güéjar Sierra, junto a otro vecino de Albuñuelas, Manuel Sáez (“El Ratón”). Su lugar de entierro sigue siendo un misterio, un eco de tantas historias silenciadas.


Antonio García Jiménez (“Culón”, “Sombrerete”)


Nacido en 1908, Antonio era campesino y, durante el Frente Popular, trabajó como guarda jurado. Al acabar la guerra, fue internado en un campo de concentración o batallón de trabajadores, posiblemente en Cerro Muriano o Padul. De vuelta en Albuñuelas, el hostigamiento lo llevó a huir a la sierra, uniéndose primero a la agrupación “El Sevilla” y luego a “Tejero”. En 1947, se incorporó a la Agrupación Guerrillera Granada, pero ese mismo año perdió la vida en un enfrentamiento en la Minilla de Caucales, enfrentándose a la Guardia Civil y el ejército. Fue enterrado en el pueblo, y, como José, nunca perjudicó a los vecinos, dejando claro que su lucha no era contra su gente, sino contra un sistema opresivo.


La Agrupación Guerrillera Granada, también conocida como “Agrupación Roberto” por su carismático líder Juan José Muñoz Lozano, fue una de las más organizadas en la región, con batallones que operaban en Málaga y Granada. En Albuñuelas y el Valle de Lecrín, los maquis dependían del apoyo de la población local, que, a pesar del miedo a la represión, les proporcionaba comida, refugio e información. Sin embargo, la brutal respuesta del régimen, con operaciones militares masivas y la temida “ley de fugas” (ejecuciones extrajudiciales), diezmó a los guerrilleros. En 1947, año especialmente cruento, las bajas en Granada superaron las 170, y muchos, como Antonio, cayeron en combate.


La historia de los maquis en Albuñuelas es un reflejo de la lucha de hombres y mujeres comunes que, en un contexto de represión implacable, tomaron decisiones extremas.


 No fueron héroes de leyenda ni villanos; fueron vecinos, familiares, personas atrapadas en un tiempo de odios y divisiones. Recordarlos es honrar su memoria y reflexionar sobre las heridas de nuestro pasado, aún presentes en los relatos de nuestros mayores.


Nota: Si tienes más historias o nombres de maquis de Albuñuelas o el Valle de Lecrín, compártelos en los comentarios.


 ¡Mantengamos viva la memoria!

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