30 abril 2025

Los cereales en el Valle de Lecrín


 La Fascinante Historia de los Cereales en el Valle de Lecrín 


En el corazón de Granada, entre la majestuosa Sierra Nevada y la Costa Tropical, se encuentra el Valle de Lecrín, un lugar donde la historia y la naturaleza se entrelazan. Conocido como el "Valle de la Alegría" por los árabes, este rincón andaluz ha sido testigo de siglos de cultivo, y los cereales han jugado un papel clave en su legado agrícola. 


Un Granero en Tiempos Árabes


Durante la dominación musulmana (siglos VIII-XV), el Valle de Lecrín era un vergel gracias a su microclima y sofisticados sistemas de regadío nazaríes, como las acequias que aún hoy admiramos. Los cereales, como el trigo y la cebada, eran fundamentales, convirtiendo la comarca en un "granero" que abastecía a Granada y las zonas costeras. Los bancales escalonados, diseñados para aprovechar las laderas, permitían cultivar estos granos junto a olivos y cítricos, creando un paisaje agrícola único.

 

La Reconquista y los Cambios


Tras la conquista cristiana en 1492, el Valle sufrió una despoblación drástica debido a las guerras y la expulsión de los moriscos. Sin embargo, los colonos llegados de Castilla, Extremadura y Andalucía trajeron nuevas técnicas agrícolas. A pesar de las dificultades, los cereales siguieron siendo un pilar de la economía local, especialmente en municipios como Padul y Albuñuelas, donde la fertilidad del suelo y el agua de Sierra Nevada favorecían su cultivo. 


El Siglo XIX: Prosperidad Agrícola


En el siglo XIX, el Valle de Lecrín vivió un auge gracias a su clima suave y suelos fértiles. Según crónicas de la época, producía "grandes cantidades de verduras, cereales, frutas y aceite". El trigo, la cebada y el maíz se cultivaban tanto en secano como en regadío, y su comercio prosperó con la construcción de la carretera Granada-Motril, que conectaba el Valle con los mercados costeros. 


Hoy: Un Legado que Perdura


Aunque los cítricos y el olivar han ganado protagonismo, los cereales siguen presentes en el Valle, especialmente en cultivos tradicionales y ecológicos. La Laguna de Padul, con su rica biodiversidad, y los paisajes de Nigüelas y Dúrcal, recuerdan la importancia histórica de estos cultivos. Hoy, el Valle de Lecrín no solo es un destino para los amantes de la naturaleza, sino también para quienes buscan reconectar con una historia agrícola milenaria. 


 ¿Sabías que el nombre Lecrín viene del árabe "Iqlim", que significa "puerta" hacia las tierras de cultivo costeras?


 Comparte esta historia y descubre la magia del Valle de Lecrín, un lugar donde cada grano cuenta una historia. 


 ¡Visita el Valle de Lecrín y déjate sorprender por su patrimonio agrícola y cultural!  


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