02 mayo 2025

La Fuente de los Cinco Caños


 La Fuente de los Cinco Caños: Un Tesoro Histórico de Padul 


En el corazón de Padul, en la calle Lavadero, se encuentra uno de los monumentos más emblemáticos de nuestro pueblo: la Fuente de San Joaquín y Lavadero de Santa Ana, conocida popularmente como la Fuente de los Cinco Caños.  Este conjunto histórico, que data de los siglos XIV al XIX, no solo es un testimonio de nuestra riqueza hídrica, sino también un reflejo de la vida social y cultural que ha latido en Padul durante siglos.


 ¡Acompáme en un viaje por su historia y sus vicisitudes! 


Orígenes y Construcción 


La historia de la Fuente de los Cinco Caños comienza con un aljibe que, según algunos registros, podría remontarse al siglo XIV, construido para almacenar aguas de escorrentía y manantiales cercanos.  Este aljibe, parcialmente subterráneo y hecho con sillares de piedra de las canteras locales de Gorogón o La Escribana, fue diseñado con una bóveda de ladrillo y paredes recubiertas de cal para conservar el agua limpia.  En 1556, el Concejo de Padul financió la construcción de un pilar con cinco caños, obra de los maestros García de Ríos, Martín de Zafra y Andrés de Peralta, cuya finalización quedó grabada en una cartela que aún hoy podemos admirar. 


En 1897, el Ayuntamiento dio un paso más al construir el lavadero y cubrir el aljibe, transformando este espacio en el corazón de la villa.  La Fuente de los Cinco Caños no solo abastecía de agua a las tierras de cultivo a través de la Acequia del Pueblo, sino que se convirtió en un punto de encuentro vital para los paduleños. 


Un Lugar de Vida y Encuentro 


Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, el lavadero fue mucho más que un lugar para lavar ropa. Era el mentidero público, donde las mujeres se reunían para compartir noticias, los campesinos buscaban trabajo al atardecer y los jóvenes forjaban amistades (¡y hasta romances!).  Las madres enviaban a sus hijos temprano para reservar un sitio en el lavadero, mientras los niños jugaban saltando sobre el agua y cantando canciones populares como “Al gallo, la gallina y al caballo”.  El lavado se hacía por etapas: las manchas más duras se frotaban lejos de la fuente, y el enjuague final se realizaba cerca de los caños, asegurando una limpieza impecable. 


En los años 60, el Lavadero de Santa Ana vivió una etapa curiosa: sirvió como escuela primaria para los niños del Patronato María Estrella y como sala de ensayos de la Banda Municipal de Música.  Para ello, se creó una plataforma sobre la pila y se cegaron algunos arcos, adaptando el espacio a estas nuevas funciones.


Declive y Renacimiento 


Con la llegada del agua potable a los hogares, el uso del lavadero decayó, y el monumento entró en una fase de abandono. 


 Sin embargo, a principios del siglo XXI, la Fuente de los Cinco Caños fue restaurada para recuperar su esplendor.  Hoy, este conjunto histórico es un punto turístico y un escenario privilegiado durante la Semana Santa, cuando la procesión del Viernes Santo pasa por sus alrededores, atrayendo a vecinos y visitantes.  Además, el espacio se dinamiza con eventos como cines de verano y espectáculos culturales, manteniendo viva su esencia como lugar de encuentro. 


Un Legado que Perdura 


La Fuente de los Cinco Caños es más que un monumento: es un símbolo de la identidad de Padul, un recordatorio del trabajo diario de nuestras antepasadas y un espacio que sigue uniendo a la comunidad.  Su aljibe, pilar y lavadero, construidos con materiales locales, son testigos de la historia de un pueblo que ha sabido adaptarse a los tiempos sin olvidar sus raíces. 

Si aún no has visitado este rincón, te invitamos a pasear por la calle Lavadero, admirar sus cinco caños y sentir el latido de Padul.  ¡Y no olvides compartir tu experiencia con nosotros! 


 ¿Dónde? Calle Lavadero, Padul, Granada

 Cuéntame: ¿Qué recuerdos tienes de la Fuente de los Cinco Caños?

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