02 mayo 2025

Morayma


 Morayma, la última sultana de Granada: una historia de amor y sacrificio 


En el corazón de la Alhambra, entre intrigas y batallas, vivió Morayma, la esposa de Boabdil, el último rey nazarí de Granada.


 Nacida en Loja en 1467, hija del valeroso Aliatar, Morayma fue mucho más que una reina: fue un símbolo de resistencia, amor y tragedia en los últimos días de Al-Ándalus. 

A los 15 años, Morayma se casó con Boabdil en una boda sencilla pero llena de amor, en Loja.


 Las crónicas la describen como una mujer de gran belleza, con "ojos grandes y expresivos" y un rostro que cautivaba a poetas. Sin embargo, su vida estuvo marcada por el dolor: separada de su esposo por encarcelamientos, perdió a su padre en la batalla de Lucena (1483) y, lo más duro, a sus hijos, Yusuf y Ahmed, entregados como rehenes a los Reyes Católicos. Durante nueve años, no volvió a verlos, y cuando se reencontró con Ahmed, él ya no hablaba árabe, educado como cristiano y apodado "el Infantico". 

Morayma vivió confinada en un carmen del Albaicín, desde donde contemplaba la Alhambra, un reino que apenas pudo disfrutar.


 Tras la caída de Granada en 1492, acompañó a Boabdil al exilio en Laujar de Andarax, en las Alpujarras, donde se convirtió en la única reina de este pequeño señorío. Pero su salud, debilitada por la pena, no resistió. Falleció en 1493, antes de partir hacia Fez, y fue enterrada en la mezquita de Mondújar, junto a los restos de los sultanes nazaríes, siguiendo un estricto rito musulmán. 


Boabdil, destrozado, nunca volvió a casarse, llevando el recuerdo de su amada Morayma hasta su muerte. Su tumba, junto con la de otros reyes nazaríes, fue profanada con el tiempo, y hoy sus restos yacen olvidados bajo el asfalto de la N-323. Sin embargo, su legado perdura en la memoria de Granada y en obras como la novela La última sultana de Andrea D. Morales o la tragedia de Francisco Martínez de la Rosa. 


Morayma encarna la fuerza de una mujer que, a pesar de las adversidades, fue el refugio de un rey sin reino. Su historia nos recuerda el precio del amor y la resistencia en tiempos de cambio. 

 Visita el Mirador de Morayma en Loja o el Valle de Lecrín para conectar con su legado.


 ¿Conocías su historia? ¡Cuéntame en los comentarios! 


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