El paduleño Joaquín Cenit Palomares

 La vida y obra de Joaquín Cenit Palomares: Un legado de compromiso con El Padul 

Joaquín Cenit Palomares, nacido en la entrañable villa de El Padul, es un ejemplo vivo de dedicación a las causas justas y al bienestar colectivo.

 Jubilado de la Junta de Andalucía tras una carrera como funcionario, su vida ha estado marcada por un compromiso incansable con su pueblo y sus gentes, dejando una huella imborrable en la historia local. Este artículo es un homenaje a su labor, un reconocimiento a un paduleño que ha entregado su vida al servicio de su comunidad. 

Desde muy joven, Joaquín demostró una inquietud por mejorar lo común. A los 22 años, en 1974, comenzó su trayectoria como funcionario, pero lejos de conformarse con una vida cómoda, eligió involucrarse activamente en la defensa de los derechos de los demás. Ya en 1975, como delegado de curso, desafió a las autoridades educativas para defender los intereses de sus compañeros, una constante que marcaría su vida. 

En los años de la Transición, Joaquín se trasladó a Madrid, donde se sumergió en el activismo social, conectando con el movimiento obrero, las asociaciones vecinales y la lucha por la democracia. De vuelta a El Padul, fundó la primera asociación de vecinos en 1976, un hito que reflejaba su visión de comunidad. Su militancia en sindicatos como la CNT y la CGT, así como su apoyo a sectores como la construcción y el funcionariado, consolidaron su papel como defensor de los trabajadores. 

En 1985, Joaquín impulsó el Grupo de Animación Sociocultural (GAS), liderando iniciativas para proteger la Laguna de El Padul, un tesoro natural que siempre ha defendido con pasión.

 Como concejal independiente en 1987 y 1995, y más tarde en el equipo de gobierno municipal (1997-2002), promovió proyectos transformadores: creó la Fiesta de la Matanza, el Concurso del Mosto y la Feria Agroalimentaria del Turismo y la Artesanía, hitos que pusieron a El Padul en el mapa. También logró subvenciones para restaurar la Fuente de los Cinco Caños, embellecer espacios públicos y proteger el patrimonio histórico, como la Vía Ibero-romana. 

Joaquín nunca se limitó a la política o el sindicalismo. Como corresponsal del diario Granada 2000, documentó la vida paduleña, y en 2019 y 2022 publicó dos libros, Esta villa se denomina El Padul y El Padul de mis recuerdos y otros relatos, rescatando la memoria colectiva de su pueblo. Su activismo en redes sociales, especialmente en el grupo “Amigos de la Laguna”, sigue inspirando a nuevas generaciones a valorar el patrimonio natural e histórico. 

A pesar de los obstáculos, el partidismo y las incomprensiones, Joaquín siempre actuó con independencia y coherencia, trabajando como funcionario mientras dedicaba su tiempo libre a su pueblo. Su lucha por la recuperación de la acequia de Las Viñas, la protección del acuífero y la denuncia de proyectos que amenazan la Laguna demuestran que, incluso jubilado, su compromiso no decae. 

Joaquín Cenit Palomares es mucho más que un vecino de El Padul: es un símbolo de resistencia, memoria y amor por su tierra.

 Gracias, Joaquín, por enseñarnos que la historia de un pueblo la escriben las personas corrientes con corazones extraordinarios.